Por Francisco Rivera Cruz
En la Costa de Michoacán se localizan santuarios de tortugas y más de 24 campamentos de protección, sin embargo un desdén de las autoridades estatales, descoordinación del gobierno local y despreocupación de los prestadores de servicios turísticos locales, tiene sin oferta al paseante para participar del desarrollo de actividades de preservación de esta milenaria criatura.
Se han hecho esfuerzos aislados porque la tortuga sea identidad de la costa michoacana, y lo mejor que se ha logrado es que la Asociación de Hoteles y Restaurantes Costa Michoacán, que agrupa a “turisteros” de Lázaro Cárdenas a Coahuayana, tenga un quelonio en su logotipo.
Compesca en el pasado apoyó hasta 20 de los 24 campamentos de protección y preservación, los recursos han disminuido notablemente y ha dejado de apoyar con empleo temporal a los participantes, y aportar materiales para recolección y habilitación de los sitios de anidación. Este año sólo se atiende a 8 de los campamentos.
Los santuarios de Ixtapilla, a donde anida la golfina y Colola, a donde llega la tortuga negra, están bajo apoyos de organismos federales, pero con escasa promoción por las autoridades estatales, que tienen ojos para los pueblos mágicos y la colonial Morelia, dice un empresario en son de queja.
“Dura mucho tiempo la oportunidad (días) de conocer el ciclo completo de reproducción de la negra en Colola, con nidos eclosionando, parejas de tortugas en reproducción cerca de la costa y cada noche llegando cientos de tortugas a depositar sus huevos en las arenas, pero la información no llega por ninguna vía”, deplora el empleador.
Lo mejor hasta ahora es que Playa Azul tiene fiesta anual que llama a la protección y admiración de la tortuga, muestra a través de alumnos y algunas dependencias los ciclos del milenario habitante marino, sin embargo, ni ese programa logra esfuerzos de todos.
El evento surgió para hacer públicos los trabajos que realizaban los campamentos tortugueros y con los años se cayó en simulaciones. Hay campamentos que exigen a instancias locales, estatales y federales respaldos para sus labores, pero tales labores no las hay.
Algunos campamentos apenas durante los días próximos al evento que se realiza al final de octubre, recolectan y anidan para tener crías, otros ni eso, presionan a los que trabajan para llevar tortuguitas y justificar los respaldos que han obtenido, como se denunció públicamente en el evento del 2017.
“Si hay autoridades que dicen que nos dan, pero los apoyos no los vemos, por qué no habría campamenteros que también digan que hacen y se queden en sus casas”, se oyó cuestionar a un ex recolector de huevo, que al parecer se estaba refiriendo a funcionarios pasados de la Comisión Estatal de Pesca. No quiso precisar. Investiguen, expresó a modo de instrucción y se alejó.
Algunos funcionarios estatales y locales de la Secretaría de Turismo han anunciado una Ruta de la Tortuga, con eventos artísticos y gastronómicos, sin embargo, no se ha pasado a los hechos porque al parecer nadie les ha tomado la palabra aquí en las playas de Lázaro Cárdenas, Aquila y Coahuayana.