Por Dr. Manuel Portillo Serrano
Gastroendoscopía/Gastrocirugía
La jubilación, al estar un trabajador en activo y después de años de trabajo no dejará de ser un ser humano que siente y vive como los demás, aunque el trabajo lo haya llevado a ser casi un autómata, con abundante carga de trabajo.
Este trabajador irremediablemente llegará a pensar en su jubilación como una meta final, en la que todo será felicidad y ya no trabajará, se parará a la hora que se le de su reglada gana y no tendrá responsabilidades, ni verá a sus compañeros ni a sus jefes inmediatos, y será la gloria, bueno, eso piensa él.
Y ¿qué pasa al jubilarse? todo lo contrario, se deprime, no puede dormir, se siente raro sin la responsabilidad del trabajo y, lo peor, extraña a sus compañeros y a su jefe.
¿Por qué sucede esto? Muchas veces al no estar el paciente preparado para la realización de este cambio, tenderá a deprimirse, deja de haber aprendizaje diario, contacto con personas, dejando de pensar en el trinomio, trabajo, produzco, gano, se ve cortado, de ahí que tienda a deprimirse enormemente.
Presenta la idea de que ya no soy “valioso”, y eso lo llevará a sufrir su jubilación, no a disfrutarla, de ahí que debe desde dos años o más de anticipación, solicitar apoyo, psicológico incluso, para que al realizar efectiva su jubilación no vaya a sufrir su jubilación en vez de gozarla, existen algunos pacientes que se deprimen tanto que fácilmente caen enfermos.
Se ha observado que un paciente jubilado dejará de trabajar en un horario y trabajo determinado, pero sí seguirá haciendo algo en relación a lo que él trabajó toda su vida, un poco por ocupación y un poco para obtener alguna remuneración económica extra, que es con mucho de gran ayuda, no solo psicológica y ocupacional, aquí le menciono un ejemplo; un soldador de toda su vida saldrá y trabajará en la herrería, claro, a menor ritmo y con menos horarios pero se activará, y esto le dará esa actividad que está requiriendo su cerebro para seguir en activo.
Pregúntele a alguien que se va a jubilar o que está recién jubilado, y le dirá que él o ella planeó esto muy bien, pero ¿qué cree? ni lo planeó o si lo planeó no le salió como lo tenía calculado. Aunado que justo a esas edades, las enfermedades son más frecuentes, serán muchos los pacientes que tiendan a deprimirse en la jubilación.
El aspecto actividad física, horarios son muy importantes para un jubilado, pero lo más importante será siempre la preparación psicológica, que desgraciadamente en ninguna institución se cuenta con ella, los dejan salir a estrellarse y encontrar que ya no son tan jóvenes, que no pueden caminar tanto, que se cansan mucho, que les duelen los huesos, en caso de damitas los estragos de las falta de hormonas y posiblemente una diabetes o la hipertensión ya están siendo muy duras, y en el hombre la enemiga próstata y la disfunción eréctil serán los dos puntos de declive más importantes.
Pongo aquí una idea que en la investigación de este tema para mí, resume una adecuada preparación para la vejez, “la planeación de la vejez y el retiro o jubilación no debe quedarse en el nivel de la mera actividad, el retiro exige como una condición esencial la preparación psicológica anticipada” si llega a esa etapa y no ha planeado nada, llegará a vivir en un caos, que en vez de ayudarlo a vivir mejor, lo ayudará a irse mejor.
Debe seguir fortaleciendo su salud física, mental y su estabilidad económica, ya que siempre en esta triada habrá debilidades y deberá estar preparado para solventarlas.
Muchos psicólogos recomiendan no jubilarse hasta ya muy tarde y que al salir de su trabajo, se siga con otro trabajo, que no deje la actividad física y mental que llevaba para estar siempre en activo, aquella época de “yo ya trabajé mucho” debe quedar atrás, cuántos jubilados, ya a los 70 a 80 años, siguen en activo y produciendo, claro, ya mejor calidad pero menor tiempo y menor ingreso pero no dejan de producir y se mantienen física y mentalmente activos.
Las muertes de sus compañeros y compañeros de generación le van dando un aviso que cualquier día le puede tocar a él o a ella y esto debe de llevar una preparación psicológica adecuada, completa, para no sufrirla. Tener el apoyo familiar para casos de enfermedad, que al llegar el momento de deterioro mental, el aspecto económico sea fácilmente controlable y que no haya ni desfalcos ni fallas en la atención de ese paciente.
Entender que jubilación no es sinónimo de basura o desperdicio, que jubilado no es viejo arrumbado, y que jubilado no es un deterioro mental ni físico, es una etapa que debe vivir un ser humano, aprovechando toda la experiencia acumulada, para su comodidad y beneficio, disfrutar lo que más le guste, hacerle caso a esa canción que dice, cuando tenga ganas de bailar pues baile, cuando tenga ganas de cantar, pues cante y hacer lo que más le guste, y comer sano y lo que más le guste cuidando su salud y claro haciendo ejercicio, el cual es muy importante que nunca deje de hacerlo.
Gracias.