Por Dr. Manuel Portillo Serrano
Gastroendoscopía/Gastrocirugía
Esta hormona, la insulina, es la encargada de regular el metabolismo de la glucosa, y es pieza fundamental en el control de esta glucosa en los seres humanos, y si esta se mueve mal o maneja mal sus niveles se verán afectados directamente los niveles de glucosa y esto le llegará a la diabetes mellitus tipo 2, pero primariamente partiendo de la obesidad exógena, con la ateroesclerosis y con la hipertensión.
La resistencia a la insulina en un ser humano hará que el exceso de calorías, las cuales son ingeridas por uno dentro de su alimentación y todo esto en exceso, se irán almacenando en forma de grasa, y esto irá incrementando el panículo adiposo, la grasa acumulada en un cuerpo humano, esta resistencia a la insulina se puede romper al mejorar los niveles de insulina, ¿cómo? con el ejercicio o con la dieta, ambas de difícil compromiso para todos nosotros, pero imprescindibles y obligatorias si queremos evitar complicaciones serias en el metabolismo.
Entre más insulina haya en un cuerpo liberada por la ingesta de comida en forma excesiva se provocará el incremento de tejido graso, lípidos en el cuerpo de un ser humano, ya que la insulina estimula la adipogénesis (formación de grasa), todo esto mediante reacciones bioquímicas denominadas gluconeogénesis y adipogénesis, al disminuir la PPAR-gamma en el tejido adiposo se aumentará la acumulación de lípidos en el hígado y en el tejido muscular.
La insulina impacta en los depósitos de grasa subcutánea como reservorio natural, para guardar mayor energía, pero al ser en exceso las grasas tienden a acumularse en vísceras, órganos y en el área subdérmica.
La grasa más peligrosa para el ser humano es la grasa visceral, pero es la más activa y más sensible a movimientos en el metabolismo, aun no sabemos por qué alguna grasa se va a subcelular y cuánta se va a la grasa visceral, lo que sí sabemos es que hay grasa en exceso.
Al desajustarse la insulina, desafortunadamente tendremos obesidad y diabetes mellitus tipo 2, por el aumento en la secreción de la insulina como mecanismo de compensación a la resistencia a la insulina, ese aumento de la producción y secreción de insulina por el páncreas las células Beta llegara a que estas equivocadamente fallen y se presente la diabetes mellitus tipo 2.
La concentración de insulina circulante en el torrente sanguíneo va tomada de la mano de los nutrientes que se encuentren también circulantes, más nutrientes, más insulina, hay exceso de comida en un cuerpo, exceso de glucosa y alimentos circulantes generarán un aumento en la secreción de insulina, llamada hiperinsulinemia, que al estar todo el tiempo será crónica, llamada hiperisulinemia crónica, que es la llave para desencadenar una diabetes mellitus tipo 2, el páncreas en especial, las células beta del páncreas hipersecretarán la insulina, todo esto en un intento de compensar la acción de la gran cantidad de glucosa que mantiene en su torrente sanguíneo.
Y de aquí que se demuestre que la hiperisulinemia anteceda a la obesidad y la obesidad a la resistencia a la insulina y esta llevará equivocadamente a la diabetes mellitus tipo 2.
¿Por qué? La hipersecreción de insulina por las células beta del páncreas llega a ocasionar una fatiga y un agotamiento de la insulina que lleva a ese paciente a la diabetes mellitus tipo 2.
Se puede revertir fisiológicamente si disminuimos la cantidad de glucosa circulante en la sangre de esos pacientes y con esto disminuimos el hiperinsulinismo y llegar a no fatigar en una forma tan clara a un páncreas para que no llegue a hacerse diabético.
Indirectamente podemos inferir que si disminuimos la insulina circulante en los pacientes obesos, lograremos generar una disminución paulatina de grasa, cuya función es clave en la reducción de peso, punto clave para reducción de peso mantener la glucosa controlada o baja.
Como parte fundamental tenemos que al bajar la cantidad de insulina en un cuerpo, con esto lograremos disminuir de peso a ese paciente al controlar paulatinamente la obesidad, existen medicamentos que lo pueden lograr, pero es mejor hacerlo con dieta y ejercicio, es más pesado y más difícil, pero más sano sin tener reacciones de ninguna índole.
Así que la hiperisulinemia es una causal directa de la obesidad, las intervenciones dietéticas y de ejercicio lograrán reducir la hiperinsulinemia, existe la posibilidad de lograrlo con algunos medicamentos, pero es preferible solo con dieta y ejercicio, muy importante llevar un control adecuado de la glucosa en sangre y controlarla para evitar la hiperinsulinemia que nos lleve a una diabetes.
Se recomienda un control adecuado en todo paciente con el objeto de evitar el hiperinsulinismo, ya que es el padre del síndrome metabólico y este desencadenará en diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y un deterioro generalizado de un cuerpo humano y todo tomado de la mano de la obesidad.
Gracias.