Alertan de grave deterioro ambiental en sierra El Naranjillo, Chinicuila

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Guardianes de la Tierra, alertaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno, sobre los daños que está sufriendo la sierra de El Naranjillo, municipio de Chinicuila, que cuenta con manantiales como el de la gráfica.

Por Ángel Méndez

Chinicuila, Mich., 26 de enero de 2022.- El colectivo ambientalista Guardianes de la Tierra, a través de un comunicado está expresando su preocupación ante los graves procesos de deterioro ambiental que están ocurriendo en La Sierra de El Naranjillo ubicada al sur del municipio, a la vez que hace un llamado urgente al gobierno mexicano en sus tres niveles a que intervengan para rescatar y preservar este sitio de gran importancia ambiental para la región.

El comunicado completo a continuación:

A la población en general

A los medios de comunicación

A gobierno mexicano en sus tres órdenes de gobierno

Quienes suscribimos el siguiente texto, como ambientalistas que somos, lo hacemos para expresar nuestra preocupación y hacer un llamado de atención urgente ante los graves procesos de deterioro ambiental que está ocurriendo en La Sierra de El Naranjillo; al sur del municipio Chinicuila, Michoacán.

Con su más de 8 mil hectáreas La Sierra de El Naranjillo comprende una zona de transición ecológica que va desde bosque de pino en las cercanías a la Carretera Coalcomán hasta la selva tropical en la localidad de Coahuayula, en donde la importancia ambiental de este lugar se expresa en la existencia e interrelación de elementos naturales que incluyen un sistema de afloramientos de agua -que lo mismo son arroyos, manantiales, humedales e incluso lagunas que comparten características fisiográficas e hidrológicas con los cenotes existentes en la península de Yucatán-, hasta la presencia de comunidades campesinas dedicadas al trabajo del sistema milpa y la preservación de semillas nativas de maíz, frijol, calabazas…, pasando por una enorme biodiversidad de especies de plantas -árboles de mojo, al menos 3 especies de helechos, pinos, cedros, 2 especies de encinos, 3 clases de higueras, parotas, 3 especies de palmas-, animales silvestres -venados, jaguar, loros…, peces y crustáceos; algunos de ellos endémicos, diferentes especies de abejas nativas, así como plantas textiles, comestibles, medicinales y frutas silvestres -otatillo, chiquihuixtle, cabeza de negro, guácima, palmillos, pinzanes, chocohuixtle, anona, cabeza de negro, jakanikuiles,  vainilla, uvas silvestres, camotes, entre muchas otras-.

La combinación de estos y otros elementos que no mencionaremos para no extender el texto de forma innecesaria dan como resultado; ante la mirada de quien sepa observar, un cuadro que llega a sobrepasar el mero aspecto de la belleza escénica para tocar verdaderamente los límites de lo sublime y lo místico.

Desafortunadamente la ganaderización del territorio que se asocia con los desmontes e incendios forestales, así como la siembra de aguacate y factores como la marginación social, la desatención institucional, deficientes vías de acceso y comunicación, etc., han favorecido el deterioro de este importante ecosistema a grado tal que en la actualidad la deforestación se extiende a más del 60% de toda la Sierra de El Naranjillo; con más de un 40% de terreno que ha perdido por completo la cubierta de suelo indispensable para la recuperación de la vegetación y los procesos asociados de captación, retención e infiltración de agua-lluvia.

Es en este contexto que desde la localidad de Coahuayula se ha lanzado la voz de alerta y un llamado a la conciencia colectiva respecto de que en semanas recientes se vienen realizando tala de árboles -pinos principalmente- y extracción de la madera presumiblemente de forma irregular.

Más allá de quién o quiénes sean los responsables de esta situación; de lo cual hasta ahora no se tiene conocimiento, lo verdaderamente importante y que es el motivo de este escrito, es que no podemos permanecer indiferentes ante la destrucción del territorio que habitamos y del cual le depende nuestra propia existencia pero también y sobre todo el futuro de las nuevas generaciones de niñas y niños con su innegable derecho a existir en un mundo que les provea del agua, la tierra y la biodiversidad indispensables para una vida en paz y en dignidad.

Vaya pues el llamado a toda la gente de buena voluntad, en el lugar donde cada quien viva y con los recursos y medio que cada quien tenga a su alcance, para que nos organicemos; en grupos grandes o pequeños, o incluso de forma individual, para proteger y rescatar los territorios naturales en que a cada quien nos tocó vivir; ya sean bosques, selvas, manantiales, playas, lagunas, arroyos, manglares… y todas las formas de vida que en estos espacios habitan; aclarando que no es la nuestra una invitación a desarrollar formas de lucha violenta, pues si bien respetamos a quienes piensen diferente es nuestra convicción y práctica que la violencia nunca fue y no será una forma genuina de resolver los urgentes problemas de nuestro tiempo.

Sembrar árboles, recolectar y dispersar semillas de especies de árboles locales, evitar producir y/o quemar basura, desarrollar campañas de limpieza de nuestros caminos, carreteras, playas, ríos, poblados…, establecer voluntariamente áreas naturales protegidas y/o refugios de vida silvestre, o desarrollar actividades en favor de una cultura ambiental; como obras de teatro, talleres, conversatorios, pintas, presentaciones musicales… son solo unas pocas ideas de lo que se puede hacer pero seguro pensando más en colectivo será más grande el pensamiento y más grande será también el cambio que podremos lograr.

Por La Vida y por La Paz

Desde el oriental territorio de Coahuayana, Michoacán, México, a los fines de enero del año 2022

GUARDIAN@S DE LA TIERRA