México: uno de los mayores mercados emergentes para los Esports

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Hace ya algún tiempo que el mercado de los videojuegos dejó de ser un simple apartado de ocio para el público más joven. El sector de los Esports, los deportes electrónicos competitivos, que se practica de forma profesional está hoy valorado en algo más de 1.000 millones de dólares y genera audiencias increíbles: el “LOL Worlds 2021” ha tenido puntas cercanas a los 2.300.000 espectadores en algunas de sus retransmisiones.

Dentro de este sector, los mercados más importantes se encuentran en Asia y el norte de América, que copan gran parte de los ingresos, por lo que no es una sorpresa que México se considere una potencia emergente al respecto. Para comprender el fenómeno, vamos a trabajar con algunos datos: en primer lugar, no todo lo relativo a videojuegos es Esports, obviamente. Se calcula que aproximadamente el 5% del global de los videojuegos corresponde a esta variante competitiva en México. Aun no siendo profesionales, más de un 10% de los “gamers” del país ha participado en algún torneo en línea. Esta afición no podía quedar sin reflejarse en el creciente mercado: este año la audiencia de los Esports en el mundo ha llegado casi a los 500 millones de personas, y se espera seguir con la tónica del crecimiento para llegar casi a los 600 millones en 2024.

Para hacer crecer la audiencia es bastante importante que crezcan los “gamers”; bien, del año pasado al actual, el crecimiento se estima en un 5,5% en nuestro país hasta llegar a los actuales 72 millones de personas. En ello tienen que ver las circunstancias restrictivas del pasado año, que llevaron a un aumento del consumo de este producto, pero también una mejor conectividad desarrollada en la última década. Otro factor es la llegada aún mayor de público; si bien el “target” se encuentra en población joven y nativa digital, su explosión afecta a gente de todas las edades, y crece con la llegada de nuevas generaciones.

En la consolidación y crecimiento interanual de este fenómeno han tenido mucho que ver las redes sociales, especialmente Twitch. Esta plataforma de retransmisiones en directo ha tenido un crecimiento exponencial gracias al uso que le han dado los “gamers”, emitiendo sus partidas para el gran público, que ha hecho un seguimiento masivo de sus enfrentamientos. Nos referimos tanto a los nacionales, como “Jelty”, especializado en el Fortnite, o “Conterstine”, quien se decanta por el Minecraft, como también a los internacionales, ya tengan como dedicación exclusiva los eSports, como es el caso de “Ranboo” con 2.8 millones de seguidores y más de 100,000 suscriptores de pago en Twitch, o a aquellos cuyas retransmisiones son de otras disciplinas muy distintas, como es el caso del jugador profesional de poker Benjamin Spragg y su pasión por juegos como el Counter-Strike. Eso sin mencionar a diversas celebridades que ya han expresado su gusto por estos títulos como forma para evadirse y que tienen un profundo impacto cada vez que utilizan las redes sociales, como Vin Diesel, Daniel Craig o George Lucas, entre otros.

Evidentemente, tal fenómeno no pasa desapercibido por las empresas que buscan su propia promoción. La publicidad representa el grueso de los ingresos de los Esports. Pero también es cierto que puede representar una profesión de fututo, tanto en lo que representa a la programación o al jugador profesional, como a los empleos indirectos (coaches, fisioterapeutas, psicólogos, etc..). Además, este tipo de tecnología no solo se adecúa al ocio o a la competitividad, también puede utilizarse para transmitir unos valores sólidos, como ya se hizo con algunos juegos interactivos.

Lo que parece claro es que un mercado que se estima tiene un crecimiento de aproximadamente un 10% anual no puede subestimarse. La combinación de tecnología y ocio lo llevan a tener un carácter de crecimiento sostenible y, por tanto, una gran oportunidad para la economía del país. El reto está en encontrar el nicho de mercado a explotar y poder ofrecerlo a nivel internacional para maximizar el valor añadido de cara al país. Evidentemente, la formación va a tener un papel importante en esta oportunidad. Hay que invertir en ello.