Por Liliana Jiménez Nieto
Uruapan, Michoacán, a 2 de noviembre de 2025.- En una emotiva y masiva despedida, el pueblo de Uruapan se desbordó para acompañar a su presidente municipal asesinado, Carlos Manzo.
La misa de cuerpo presente, que tuvo lugar en el templo de San Francisco de Asís, reunió a miles de uruapenses que, con el dolor reflejado en sus rostros, manifestaron la impotencia de perder a un líder querido.
Desde temprano, la plaza La Pérgola y los alrededores del templo se abarrotaron de ciudadanos que buscaban rendir homenaje a su edil.
La atmósfera era de tristeza y rabia contenida; el clamor por justicia resonaba en el aire. Al finalizar la misa, el cortejo fúnebre partió rumbo al panteón municipal, donde Carlos Manzo sería sepultado junto a su padre.
Sin embargo, la situación se tornó caótica. La afluencia masiva de uruapenses que acudieron a despedir a su presidente superó las expectativas, y al llegar el féretro al panteón de San Pedro, la desorganización era palpable. La multitud, en medio de empujones y gritos de “¡Presidente! ¡Presidente!”, reflejaba la profunda conexión entre el edil y su comunidad.
Al ingresar al panteón, se encontró un espacio completamente lleno. La familia de Carlos Manzo tuvo la oportunidad de despedirse íntimamente en una sala habilitada, antes de su sepultura.
El acto final de despedida se convirtió en un momento de recogimiento, donde el dolor y la esperanza de justicia se entrelazaron en el corazón de los asistentes.
La jornada no solo fue un testimonio del cariño del pueblo hacia su líder, sino también un grito de desesperación ante la violencia que ha marcado a la región.
