* Más de un millar de personas marcharon ayer para exigir justicia y seguridad para todos los michoacanos. Demandaron renuncia de funcionarios.
Por Francisco Rivera Cruz
A cuatro días del asesinato de Carlos Manzo, ayer miércoles la ola de protestas alcanzó a esta ciudad portuaria, donde más de un millar de personas, en muchos casos familias enteras, caminaron por la avenida principal de Lázaro Cárdenas para terminar en Palacio Municipal, cuyo inmueble resguardaban docenas de policías que colocaron vallas metálicas.
La movilización realizada por poco más de una hora, tuvo al centro la exigencia de justicia para la familia de Manzo Rodríguez y de seguridad real para todos los michoacanos. “Renuncien” y “revocación”, resonaron intensamente.
Fue un ejercicio para pasar lista de funcionarios públicos –desde el gobernador Alfredo Ramírez hasta el alcalde municipal Manuel Esquivel–, y pedirles que se vayan, que han sido incapaces de contener la violencia o la han alentado.
Música de tambora, caballos, jinetes, fotos del difunto, velas, sombreros, banderas y hasta algún padre vestido a la usanza del político y cargando un niño en brazos, como lo hacía la noche del sábado cuando le arrebataron la vida, fueron elementos para el grupo que todo el trayecto gritó consignas.
Emotivos momentos fueron cuando entonaron el himno nacional y el que dicen sería otro canto de identidad mexicana, “Cielito lindo”, que al terminar desgarraba algunas gargantas con el “Viva Manzo” y “Carlos vive”.
Se agotaba la luz del día cuando un cordón humano predominantemente blanco empezó a desplazarse por el carril en sentido al Palacio Municipal, y aunque sin sincronía en las consignas, con puño en alto y en sentimientos, era uno mismo, y lo resumió un grito fuerte “Carlos Manzo no les dará descanso”.
La exclamación de “justicia” se escuchó no menos de 100 veces en el trayecto de ocho cuadras, antes de estar en la explanada municipal. Se ofreció cabal respaldo a Grecia Quiroz, quien ha asumido la presidencia en Uruapan a la muerte de su esposo, Carlos.
Ya en la alcaldía, el grupo, se acercó a los policías que detrás de las vallas se mantenían expectantes, el grito de “Esos son, esos son, los que chingan la nación” dominó el ambiente y empezaron a caer las rejas metálicas porque muchos empujaban.
Sin embargo, se recordó que era expresión pacífica, en rechazo a la violencia y que así debería terminar, los ánimos empezaron a bajar, y la consigna que dominaba era “Fuera Morena”, el partido del que ha emanado todas las autoridades en funciones, desde el alcalde al diputado federal.
Se concentraron hacia la explanada y ahí al coro de “Carlos no murió, el estado lo mató”, tributaron aplausos al uruapense y nuevamente entonaron el himno nacional, antes de la dispersión.
Muchos expresaron la satisfacción de haber participado y no faltó quien se escuchaba ronco de haber gritado consignas, recordando que una de ellas fue “Desde aquí, ni un paso atrás”.
No hubo orador, ni templete. “Fue improvisado, pero satisface este llamado, esta respuesta, porque si un alcalde no fue escuchado, que se puede esperar de uno de nosotros de a pie”, expresó un transportista que tomó parte en la manifestación.
