ECOS PARA LA POSTERIDAD

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Por Dra. Yazmín Arroyo

Mis estimadísimos lectores, el día de ayer se celebró el día del maestro en nuestro país, les voy a comentar que se remonta desde el año de 1917, cuando un grupo de diputados (casi todos ex maestros) enviaron una iniciativa al Congreso para celebrar a los trabajadores de la educación. Dentro de esa iniciativa se propuso que la fecha para conmemorarlo fuera el 15 de mayo.

Se festejan a las y los maestros el 15 de mayo para conmemorar la toma de Querétaro en 1867, cuando el ejército mexicano logró derrotar al Segundo Imperio de México.

Además, esta fecha no celebra únicamente una batalla, sino también a un personaje central en la historia de la iglesia católica: San Juan Bautista de La Salle. San Juan de la Salle fue un sacerdote y pedagogo francés innovador, que consagró su vida a formar maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de niños pobres de la época.

Por ello, el 15 de Mayo de 1950 fue declarado patrono especial de todos los educadores de la infancia y de la juventud y Patrono universal de los educadores por el papa Pío XII (1876-1958).

En 1917 los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca propusieron al presidente Venustiano Carranza fuera establecido el 15 de mayo para reconocer la gran labor que realizan los docentes en nuestro país. Y fue al año siguiente, en 1918 que por decreto presidencial, se inicia con esta conmemoración establecida en México como el Día del Maestro, detalla la Secretaría de Educación Pública.

Uno de los maestros más reconocidos en México fue José Vasconcelos, nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México y por las de Chile y Guatemala. Fue llamado el “Maestro de América” y cada 15 de mayo se entrega un reconocimiento que lleva su nombre a las y los maestros más destacados en nuestro país, por lo que se sigue festejando en el país.

Por otro lado, Beatriz López Igual en un portal de internet llamado magisnet.com, menciona acerca de los retos de los maestros para este siglo, el profesorado del siglo XXI ha evolucionado sustancialmente respecto a aquellos maestros que ejercían hace cuarenta o cincuenta años. La sociedad ha cambiado, y quienes educan a los adultos del futuro tienen ante sí nuevos desafíos.

Si antaño el profesor era un mero transmisor de conocimiento cuya figura era muy respetada, el del presente y el futuro es alguien en continuo proceso de aprendizaje, que trabaja todos los tipos de inteligencia, para quien los exámenes no son en absoluto el único método para calificar y que tiene una continua interacción con sus alumnos. Con este panorama, ¿cuáles son los retos de los profesores del futuro?

Primer reto

Enseñar a pensar más que enseñar a repetir.

«En el proceso de democratización de nuestro país y de las escuelas, el abordaje de los modelos educativos ha ido cambiando hacia una mirada de enseñanza crítica y abierta, para crear generaciones futuras con herramientas que les permitan desarrollarse libremente desde un punto de vista personal, intelectual y social», explica Nadia Ahufinger, directora y profesora del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje y profesora del grado de Educación Primaria de la UOC.

Para Ahufinger, «el desbordado consumismo de la sociedad actual, enfocada en producir, hace que se pida a las escuelas que sean un búnker para proteger a niños y niñas de la sociedad».

Segundo reto

El reconocimiento de su figura.

Queda cada vez más atrás el rol de figura autoritaria del profesor en el pasado frente al actual, más igualitario: «Este paradigma fue cambiando hacia la idea de que el maestro debía relacionarse de manera más horizontal con los niños y las niñas, pasando de la transmisión de conocimientos al acompañamiento en el aprendizaje», comenta Ahufinger.

La nueva manera de educar en la escuela permite el acompañamiento al alumno y la creación de espacios amables y seguros y hace que los estudios universitarios de educación se perciban como fáciles de superar: «No existe un reconocimiento generalizado de la figura de la maestra como profesional dotada de conocimiento, sabiduría y responsabilidad pedagógica en la educación de niños y niñas».

Tercer reto

Las nuevas tecnologías en los colegios.

Las TIC han ayudado a facilitar metodologías colaborativas con los alumnos y «favorecen en general un clima de mayor motivación y participación», comenta Sylvie Pérez. Pero esto, a su vez, implica que el profesorado esté en permanente proceso de actualización, lo cual se suma a los retos del profesor del siglo XXI por varios motivos.

Cuarto reto

Inclusión y diversidad.

En ese cambio social de las últimas décadas también están las diversidades de todo tipo, y el profesorado necesita estar preparado para su inclusividad. «Incluir las diversidades, las desigualdades y las grandes dificultades», dice Sylvie Pérez, son materias en las que los profesores tienen que esforzarse.

«Hay que trabajar para que las escuelas se conviertan en espacios inclusivos para todo el alumnado y que garanticen, especialmente, la presencia, participación y progreso de aquellos que se encuentran en desventaja educativa, ya sea porque tienen una discapacidad o enfermedad, porque se encuentran en una situación económica desfavorecida, por falta de conocimiento de la lengua…», añade Ahufinger.

Quinto reto

Acompañar, no solo transmitir.

Pérez ahonda en cómo la posición de autoridad del maestro, si bien sigue estando regulada por un marco normativo, «precisa actualmente de ser reconocida por los alumnos y consentida por ellos, así como por sus familiares», pero añade que no hay que confundir «la autoridad con el poder».

Sexto reto

La implicación de padres, madres y otros agentes.

Frente al profesor tradicional, el del siglo XXI ha de incorporar a su día a día el trabajo con padres y madres, por una parte, y con otros agentes educativos externos, por otra. «La posición de las familias es diferente desde hace años», recalca Sylvie Pérez.

«El acceso a la Educación de los padres actuales, entre muchos otros factores sociales, contribuye a una necesaria corresponsabilidad de los aprendizajes de los niños y jóvenes».

Sin lugar a dudas, hoy enfrentamos más retos los que nos dedicamos o dedicábamos a esta noble labor, lamentablemente en algunos sentidos mal pagado, por eso si tienes cerca de ti a algún maestro o maestra, valóralos y cuídalos, porque solo ellos saben todo lo que tienen que sortear en esta noble labor, porque segura estoy que se necesita tener convicción y vocación para ser Maestro o Maestra, Feliz Día.