Síndrome del impostor

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Pauline Clance en 1978 elaboró este diagnóstico. La Psicóloga Clínica Aida Badia Gil, que escribió acerca de este síndrome por primera vez, en su libro llamado “Cómo superar el Síndrome del impostor”, aunque la primera en describirlo, como caso clínico, fue la doctora Valerie Young.

¿A qué se refiere este síndrome? Debo mencionarle que 7 de cada 10 personas exitosas lo han experimentado al menos una vez durante su vida, y no solo profesionistas, también estudiantes, vendedores que tengan éxito o estén en fase de lograrlo, incluso hasta amas de casa lo han llegado a presentar.

¿Qué es esto? Percibir dentro de sí mismos que todo el éxito que han logrado no es por sus esfuerzos, sino por la presencia de “golpes de buena suerte”, no se sienten merecedores del éxito, se sienten exactamente eso, un impostor, y este síndrome se ve muy común en sociedades como la nuestra en que hay tanta competitividad en el medio y que al triunfar uno de esos miembros de esa sociedad, ni él mismo se lo cree, supone que son de esos golpes de suerte y se siente un impostor.

Tienen un miedo muy interno y llegan a dudar de ser tan capaces como el resto del mundo lo cree. Todo este grupo de sentimientos y reacciones en un paciente al manejarlos inadecuadamente ante el éxito es en si el desarrollo de este síndrome, que en si es una vía directa a la ansiedad y la depresión, que son enfermedades que pueden acompañar a un síndrome del impostor.

Afortunadamente es pasajero y va desapareciendo con el tiempo y la experiencia, comúnmente presente en un profesionista que se enfrenta a un nuevo reto, y sentirse internamente incapaz de hacer esa nueva tarea, pero lo encara, lo desarrolla y lo desarrolla adecuadamente. Este síndrome será pasajero, pero existe un grupo menor que no controla su problemática y no solo eso, sino que cae y se complica empeorando paulatinamente con el tiempo, llega a una depresión mayor, incluso a intentos de suicidio, sufriendo cada paso que da y llevándolo a una ansiedad y depresión severos.

Piensan fehacientemente que el éxito que presentan es cuestión de suerte y no de su capacidad resolutiva y/o a su inteligencia.

Los causales son esa tórrida carrera entre éxito, trabajo, competencia, fracasos y éxitos, menos estos últimos, que los fracasos. Razones vienen desde la infancia, al considerar dentro del seno familiar a un hermano más inteligente y ver al otro hermano como la oveja negra, esto es más común en mujeres que en hombres, por ser más grande su competencia no solo en su profesión sino en su vida diaria.

Otro punto que se ha aludido a este síndrome es la situación de salarios, de los que ganan menos con los que ganan más.

Las personas con el síndrome del impostor son sumamente exigentes consigo mismas, tanto que se aplican a sí mismas requisitos que son casi imposibles de cubrir. Refieren: me siento como un impostor ante toda esta gente brillante, esa es la esencia de este síndrome del impostor. Muchas veces no lo refieren, pero al oír hablar del síndrome ellos dicen “exactamente así me siento”. Cuando te den un cumplido, solo da las gracias, no te quieras justificar con nada, así es y así deberá ser, ya que eres capaz de eso y posiblemente más, pero solo tú deberás estar convencido de que así sucederá.

Más común de lo que nos imaginamos, el síndrome del impostor se presenta en algunas personas que ni siquiera se dan cuenta de que su problema está ahí y encubierto, ellos lo perciben al estar en contacto con la gente de su trabajo y con sus familiares, debe reconocer de que si llegó a ese lugar es que tiene todas las armas y requisitos para llegar, como le menciono con anterioridad, la situación más importante es que se lo crea, que llegó a ese lugar por méritos propios y que está al nivel de cualquiera de sus compañeros de trabajo, no es un impostor, es él mismo tratando de desarrollar más.

Gracias por leer este artículo.