Enfermedad de la piel que se caracteriza por presentar lesiones, predominantemente en la infancia, pero puede ocurrir a cualquier edad, predominantemente en la cabeza, la cara y se puede extender a todo el cuerpo.
Son lesiones rojas a rosa en la piel, con descamación y además exudación de líquido seroso, que llega a formar costras, seromielicas, que desgraciadamente desencadenan una desagradable comezón, impidiendo a los niños dormir adecuadamente. Otras áreas que se presenta es en pliegues de flexión del cuello, brazos y piernas, pero se puede presentar en cualquier parte del cuerpo.
Cuando sabemos que algo desencadenó ese eczema como polvo o cremas o contaminación, será llamada exógena, que la genera un agente externo, y cuando no se sabe qué lo generó y se supone que es de forma interna la llamaremos endógena, y se le denominará eczema atópico.
Tiene un componente tendiente a un proceso alérgico y que desarrolla una reacción severa en la piel que es sometida al contacto con ese agente causal, y si es endógena, se desconoce el motivo de la aparición de un eczema atópico.
Este eczema endógeno o atópico, tiene un alto porcentaje de ser hereditario hasta en un 70%, y la sintomatología no solo es de la piel, llegan a presentar alteraciones de tipo alérgico como rinitis, asma y conjuntivitis, y predomina en pacientes hipersensibles de su piel.
El eczema de contacto, al ser una enfermedad de tipo alérgico, se deberá descartar el causal de esa alergia con un parche de pruebas epicutáneas, con el objeto de detectar cuál es el agente causal de ese eczema.
El tratamiento es en base a cremas con esteroides en forma de crema local, un antihistamínico oral con el objeto de quitar la comezón y la hipersensibilidad de piel, hasta llegar a los inmunomoduladores e inmunosupresores, desde locales en crema hasta sistémicos tomados con el objeto de mejorar la respuesta inmunológica.
Se requiere aseo adecuado con jabones no tan perfumados y lo más importante tratar de detectar qué agente o alimento que la desencadena para evitarlo al máximo, y no estar constantemente desencadenando eczema que llegue a dejar unas cicatrices en piel que no se puedan borrar, sobre todo en la cara.
El pronóstico desgraciadamente no es tan bueno como nos lo imaginamos, ya que al tener un sustrato alérgico se podrá presentar a cualquier edad y en cualquier momento, de aquí que se deba evitar el contacto con los alérgenos que lo desencadenan y evitar así las recaídas de esta enfermedad, que es muy incómoda sobre todo en los bebés de 3 meses a un año, en que se le afecta su carita y se ve muy inflamada y genera en ocasiones una muy mala apariencia que incluso ese paciente es rechazado por varias personas que suponen que este padecimiento es contagioso y no quieren ni acercárseles a este tipo de pacientes, de aquí la importancia de este tipo de artículos y las medidas y pláticas que se puedan dar para concientizar a la población que un eczema no es contagioso, que el aspecto de los pacientes con costras y llanto e incomodidad por las comezones será pasajero y que no es contagioso por ningún motivo, que cuando es un paciente ya mayor o adulto es hasta incómodo porque no se pueden acercar a otro tipo de personas por ese rechazo, por ese mal aspecto facial y todo esto obedece a una mala información ante un paciente con eczema.
Es un padecimiento que responde muy adecuadamente a los tratamientos instaurados actualmente por el área de dermatología, aquí lo delicado y peligroso siempre serán las reactivaciones que presentan este tipo de pacientes, que desgraciadamente es muy incómoda y a veces hasta desesperante para su madre y para el propio paciente.
Existen ya en el mercado del área inmunológica vacunas que han mejorado mucho todo este tipo de reacciones de recaídas en los pacientes con eczema, y esto ha sido un gran avance en el tratamiento de esos pacientes; ya no se ven con tanta frecuencia como antes.
Gracias por leer este artículo.