Por Francisco Rivera Cruz
Pudo no ser mala la construcción del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, el problema es que no hay credibilidad en el gobierno porque hay mucha corrupción, amiguismo y facilidades a quienes se quiere favorecer, sostuvo aquí el doctor y abogado constitucionalista José Oscar Valdés Ramírez.
El candidato a Fiscal Anticorrupción, al visitar esta ciudad portuaria como parte de su visita a Michoacán, dictó la conferencia “El perfil del fiscal general”, en la que dijo que otra forma de hacer creer buenos resultados por el gobierno es maquillando datos y números.
“Como cuando se dice que tres millones de mexicanos salieron de pobreza extrema, y lo único que hizo fue darles un piso y una mini estufa de no más de tres mil pesos en conjunto, eso sí, con alto préstamo del FMI, de por medio”.
Situó que si se aspira a que México tenga un sistema efectivo de justicia, se debe garantizar que haya a nivel nacional y estatal fiscalías independientes que no sirvan para cubrir los actos que cometan los presidentes, gobernadores y sus allegados.
Ante estudiantes de la Universidad Vizcaya y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), empresarios y miembros de la Mesa de Seguridad y Justicia de Lázaro Cárdenas, el abogado constitucionalista especializado en derecho fiscal penal, dijo que definitivamente México va ser otro el día que el funcionario pague sus errores como ocurre en cualquier país democrático del mundo.
El especialista apuntó que la persona que llegue a fiscal federal debe ser cercana a la ciudadanía, ya que existe un hartazgo en la población de ver cómo las autoridades minimizan y permiten actos de corrupción e impunidad, mientras que en países como Perú, España, Brasil y Argentina estos órganos han sido capaces de llevar a la corte y juzgar a sus gobernantes.
Sostuvo que a las autoridades les da miedo en México pensar en la implementación de fiscalías independientes porque tendrían toda la facultad de investigar a todos los funcionarios sin distingo alguno, “ahí la diferencia porque en cualquier país el gobernante es llevado a juicio y aquí no”.
Apuntó que una esperanza y muestra de que este modelo es posible en México son las fiscalías de Jalisco y Colima, las cuales ya no dependen del gobernador en turno y pueden realizar investigaciones libremente sin que alguna autoridad fije línea de investigación o marque sus límites.
Para hacerlo posible a nivel país, dijo, debe reformarse el artículo 102 constitucional, y lograr que el próximo fiscal de la República sea elegido no sólo por el Senado y el presidente, sino también por la ciudanía, ya que “es a quien debe de servir”.
“En Estados Unidos este tipo de puestos se someten a elección, un fiscal debe ser alguien que la gente conozca y elija, incluso debe de haber debates públicos entre los aspirantes”.
Valdés Ramírez quien visitó Morelia, Uruapan para terminar en Lázaro Cárdenas, externó su interés de ser el próximo fiscal de la República, ya que asegura tener experiencia y conocimiento sobre cómo se encuentra cada estado en materia de inseguridad, impunidad y corrupción.
En parte, sugirió, está en la sociedad hacer valer sus opiniones y utilizar la redes sociales para pedir que acabe el cordón umbilical entre el gobierno en turno y quien debe cuidar de actos de corrupción y desvíos.
“Yo voy a presentar ante los senadores un informe muy crudo pero conciso sobre cómo está el país estado por estado y qué se debe de hacer, se deben investigar a los procuradores, a la gente allegada a los gobernadores, porque es muy evidente el compadrazgo que hay entre los secretarios de Finanzas y Seguridad”, afirmó.
Quien a principios de este año se involucró con #AmparoContraElGasolinazo, dijo en la sesión de preguntas y respuestas que “hacer lo mismo con lo mismo, da la mismo”, por lo que se espera que México sacuda su modorra y exija fiscales independientes al gobierno, como los tiene cualquier país el mundo.
“Si los ciudadanos somos más que los funcionarios, sí se puede” acotó, para luego pronunciarse por estímulos y reconocimientos para los buenos policías, aspirando a que un día sean más los que quieran su uniforme y abracen el buen orden y la justicia.