Conductas más difíciles, en la consulta médica

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

Le enumero aquí, querido amigo lector, las conductas más difíciles de los pacientes a las que me enfrento en la consulta diaria, qué hacen los pacientes y qué no quieren hacer.

El mejor ejemplo es el del paciente diabético, no quiere llevar su dieta, siente o cree que con el hecho de tomar su o sus medicinas para controlar su glucosa o azúcar es suficiente, no, nada más erróneo que suponer eso, debe llevar una dieta, específicamente hecha para el paciente como el diabético, no hay forma que no lo haga, la dieta es fundamental y además tiene que hacer ejercicio, en efecto, no correr como maratonistas pero sí como mínimo caminar, y no lo hace, sigue comiendo exactamente igual, exacto, igual a la dieta que lo llevó a su diabetes.

Mención especial requieren los pacientes hipertensos, y ellos están un poco peor, ellos me dicen como -no siento nada-, ni la medicina se toman, la llegan a tomar hasta que se sienten mal; no, se la deben tomar permanentemente, será su médico y solo él, el que se la disminuya o retire según vaya su peso, su dieta y su ejercicio. Le recuerdo, la hipertensión arterial es “el asesino silencioso”, no se arriesguen a vivir con su hipertensión y sin medicamentos, si ya fue diagnosticado hipertenso.

Todo paciente debe tener como parte de su conducta permanente, acudir mínimo una vez al año con su médico de confianza y él solicitará los estudios que por su edad o sexo requiere, una especie de check up, dirían los gringos, a su chequeo anual, pero qué creen, no solo no se lo hace, sino que allá, cuando se siente mal, él, de sus bigotes, va a un laboratorio, si es el más barato mejor y se pide los exámenes que él considera le son útiles, y ya con los resultados, se lo lleva a un médico, si es gratuito tipo similar o de farmacias que cuentan con ese servicio mejor y llegan y piden medicina para eso que ven mal en un examen de laboratorio, triple error.

Uno, menospreciar a los médicos en esos lugares gratuitos, son médicos también y tienen sus criterios. Segundo error, no sabe por qué pidió esos exámenes y tercero, sí es algo grave usted mismo lo está cubriendo y promoviendo su empeoramiento, no se queje y no le eche la culpa a sus médicos, que su familiar o usted se complicó, si el que lo complica es usted.

Acuden a consulta con una hija de 15 años, embarazada y te dicen, -doctor platiqué con ella- pero la que tenía que hablar era ella, era, la madre, el padre, los familiares y desde que nació, no esperar el embarazo en una niña para entender que algo se hizo mal. Esas niñas a los 18 años ya tienen tres hijos.

Y qué decir de esas señoras añosas, más de 40 años, ya con dos o tres hijos, rehacen su vida y quieren tener otro hijo, para colmo en los anteriores embarazos fue preeclamtica, con elevaciones de la presión arterial, con más peso y con más años, yo pregunto siempre: ¿Por qué jugar con sus vidas? Por amor, por demostrar que aún pueden, sabia virtud de conocer el tiempo, como lo puso Renato Leduc en su famoso verso, Tiempo.

No hacen caso del consejo obstétrico, y cuando se complican y mueren, ¿quién fue el culpable? el doctor, no, el culpable es el paciente por desobedecer las órdenes de su médico.

Y aquellos papás que buscan el varoncito con su esposa de 35 o más años y con 4 hijas, exponen a la madre por cumplir un capricho que la naturaleza se lo ha negado, y muere la madre en ese acto, ¿el culpable fue el médico que atendió mal a esa paciente…?

Y aquí entro a esa prensa, no toda, pero sí esa prensa amarillista, que busca un error mínimo que sea, para hacer su ensalada de venta de noticias, ah pero si es algo grave, mejor a desprestigiar a ese médico, a esta profesión, que cuyo único objetivo es ayudar al prójimo.

Algunos pacientes, no todos, pero con esa arrogancia que raya en la soberbia, te dicen “vengo a que me haga una receta por un antibiótico”, generalmente pero puede ser algo para bajar de peso, anfetamina o un antidepresivo, no, no somos expendedores de recetas, debemos valorar si ese medicamento está indicado, y si no hay indicación, no lo hacemos, se enojan, nos maldicen y dicen, si le voy a pagar, como si el dinero comprara orden, disciplina, buen comportamiento, ah pero si se llega a complicar su paciente, cuidado, se vuelven más fieras de lo que habían llegado.

Los pacientes “cuarto para las 12”, uno está trabajando de ocho de la mañana a ocho de la noche, tiene en su abdomen ese paciente un dolor de todo el día, y justo al cuarto para las ocho, el clásico, “doctor me urge que me vea”, -¿cuál es la urgencia?-, si el dolor lo tuvo todo el día, por qué esperarse a última hora, misma situación en el servicio de urgencias, donde llegan sólo urgencias sentidas, no reales, por eso todos los servicios de urgencias estarán reventados siempre.

Consejo: Acuda a su Médico cuando se sienta mal inmediatamente.

Si entendemos su angustia, pero también entienda que hay urgencias que sí son reales, que mucho de todo esto es por no tener cuidado y precaución, y actuar antes de que sea tarde.

Gracias.