Por Dr. Manuel Portillo Serrano
Gastroendoscopía/Gastrocirugía
Continuamos con la segunda parte del uso racional de los antibióticos, y aquí toca considerar:
4) Los factores inherentes a los pacientes, no podemos estandarizar un tratamiento a todos los pacientes, ya que debemos considerar, para indicarle el antibiotico o los antibióticos de elección para su tratamiento, si este paciente no tiene problemas de tipo inmunológico, tiene SIDA, presenta desnutrición, sufre de alcoholismo, tiene diabetes o presenta problemas de tipo renal, es portador de cirrosis, ha sufrido infartos de miocardio, y algo sumamente importante, la edad de los pacientes, ya que debemos considerar que las dosis para un niño serán completamente distintas que las dosis de un paciente adulto, y las del otro grupo que debemos considerar especial son las personas de la tercera edad, ya en un capítulo muy bonito, la Geriatría ha denominado a los adultos mayores como pacientes frágiles, debemos de tomar en cuenta esto, para iniciar la prescripción de un antibiótico, todas las situaciones y enfermedades que le menciono deben ser consideradas con el objeto de indicar el tratamiento antibiótico, pero un grupo de pacientes que requiere especial cuidado y dosificación son los pacientes renales, ya que su depuración de urea y creatinina de ese riñón al estar afectadas, harán que los antibióticos duren más tiempo en torrente sanguíneo y si ya está lesionado el riñón lo podemos lesionar más, sin dejar de considerar el daño a oído.
Otro factor que requiere de mención especial, es la mujer embarazada, aquí debemos considerar que se están manejado dos personas, la madre y el bebé (binomio), así que la indicación terapéutica debe ser perfecta, otra fase de manejo con cuidado es la época de la lactancia, ya que debemos indicar antibióticos que no afecten al bebé.
5) Seguridad en el antibiótico; aquí juega un papel sumamente importante no solo el tipo del antibiótico, sino la susceptibilidad de cada paciente, me refiero a las alergias, el uso excesivo y a dosis altas de los antibióticos han creado la tendencia a presentar alergias en algunos pacientes y ha generado que algunos pacientes presenten alergia a muchos tipos de antibióticos, los más comunes los betalactámicos, las penicilinas, siempre se deberá preguntar si es alérgica la persona, si lo es, pero ni de broma usar un antibiótico que le pueda causar un shock anafiláctico, ya que es muy grave la consecuencia, considerar la naturaleza del fármaco en niños no usar tan seguido las quinolonas, en ancianos dosis menos agresivas y manejados como pacientes frágiles, dar el antibiótico en las dosis y el tiempo indicado para que mate a la bacteria, no cree resistencias y no alargar el tratamiento, que pueda causar algún daño a riñón o al oído, todo esto por seguridad de nuestro paciente.
6) Costo del tratamiento. El médico es el que debe decir el antibiótico que va a administrar y todo esto en base a como se encuentre el paciente, y con esto decidirá el tipo y el costo de los antibióticos, aquí aparece la disyuntiva a la que nos enfrentamos a diario en la consulta médica, lo ideal es usar productos de patente, éticos, pero desgraciadamente habrá pacientes que no los puedan adquirir por la tan deteriorada economía familiar, y debemos administrar el tratamiento, es donde debemos usar productos de menor calidad, pero debemos pensar en aumentar dosis y tiempos de tratamiento, que ojalá fueran los menos pacientes posibles, ya que he visto en mi práctica diaria que los antibióticos similares o genéricos intercambiables no son tan efectivos en la práctica diaria.
Varios puntos debemos de tomar en cuenta como médicos, la dosis, la frecuencia de la dosis y la vía de administración, y vuelvo a lo mismo, es el médico el que debe decidir lo que más le convenga a ese paciente: con ese tipo de infección, y con todo respeto, no los padres, ni el farmacéutico, ni la abuelita ni el tío que es médico y que vive en Tijuana, la responsabilidad es del médico que está prescribiendo el antibiótico, el que fue a la universidad, es el médico, estudió Medicina el que estudió farmacodinamia y farmacocinética de los medicamentos; fue el médico, él sabrá cuanta concentración debe dar.
Con la aparición de los antibióticos más potentes y desgraciadamente el uso indiscriminado de estos antibióticos así como el abuso, se han generado resistencia hasta los más nuevos; como son las flúor/quinolonas, los carbapenemes, las azitromicinas, que son de manejo exclusivo del médico, las indicaciones deben ser precisas, no dar antibióticos profilácticos (solo en las enfermedades que sabemos como ejemplo la fiebre reumática), es menester dar los medicamentos el tiempo necesario, 5 días, 7 días, 14 días, lo que requiera el manejo médico, establecido por su médico y se deben considerar los aspectos del efecto postantibiotico, los efectos adversos que pueda generar en el cuerpo, con el objeto de no agredir al organismo de nuestro paciente más de lo estrictamente necesario, matamos las bacterias patógenas, pero también la flora normal de los organismos.
Termino aquí el segundo capítulo y pasamos al último.
Gracias.
