Mal de montaña

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

También llamado el mal de las alturas, que no es otra cosa que la falta o disminución severa del oxígeno en las personas que se encuentran en grandes alturas, esquiadores, alpinistas, excursionistas, rescatistas y personas que se dedican a ascender montañas.

La sintomatología inicia con mareos, náuseas y vómito, dolor de cabeza, mucha fatiga y datos francos de irritabilidad, pero puede llegar a presentarse insuficiencia respiratoria grave y hasta coma.

El cuadro clínico es clásico y se hace el diagnóstico relativamente sencillo, al ir ascendiendo alturas lenta y progresivamente, la persona irá sintiéndose mal, con dolor de cabeza, náuseas y mareos, así como sensación de confusión mental, y todo esto por la falta de una concentración adecuada de oxígeno y su aporte hacia el cerebro, y a esto se le llama mal de montaña o mal de las alturas porque se origina al ir subiendo la persona a más altura de la que se encuentra.

Una persona puede subir de 1200 a 2000 metros fácilmente y sin problemas, pero si sube más, podrá llegar a presentar ese mal de montaña.

No solo el cerebro se afecta, también los pulmones, y en casos, sobre todo de alta montaña, en ascensos a más de 4000 metros o 5000 metros llega a edema cerebral y edema agudo pulmonar que son sumamente graves.

¿Cuál es el riesgo al subir una altura de más de 2000 metros en una forma súbita? Un ejemplo clásico lo tenemos cuando va una familia de paseo a los puntos de ascenso a los volcanes aquí en Mexico, ya sea el Popocatépetl o el Nevado de Toluca, al llegar a cierta altura no pasa nada, pero conforme la familia va ascendiendo, algún miembro de esa familia iniciará con el mal de montaña, y se presenta de inmediato; con mareo náuseas, dolor de cabeza y mucha agitación, así como palidez, que impide que esa persona siga subiendo de altura.

Muchos remedios de tipo campirano, frotar nieve en los oídos, sentarse y pujar, tomar agua, pero nada disminuye los síntomas, solamente los disminuirá al descender la altura paulatinamente para mejorar el aporte de oxígeno, esto no sucede en edificios, por las alturas, sucede en montañas o en ciudades altas como en Toluca en México y Machu Pichu en Perú, son ciudades que viven a gran altura y las personas que van de visita, llegan a presentar este mal de montaña.

Desgraciadamente al presentar estos datos de mal de montaña queda uno más expuesto y proclive a desencadenar problemas cardiacos, tipo infarto o daños de tipo vascular, sobre todo en personas de la tercera edad, de ahí que no se sugiera el alpinismo a este grupo de personas.

El descenso de las alturas, que es el único tratamiento efectivo, debe hacerse lento, progresivo y paulatino, con objeto de que el organismo se vaya adaptando nuevamente a la cantidad de oxígeno que no le llegó adecuadamente y desencadenó su sintomatología, recuerde que a nivel del mar la oxigenación es perfecta, pero también la altitud, y al ascender, en nuestro caso que vivimos en la cuenca del Balsas, al subir ya a una ciudad más alta del altiplano como es en Uruapan, donde la altura es más alta, casi los 1500 metros, no habrá mal de montaña, pero si esta persona llega a Toluca, ya estará en casi 4000 metros de altura, la sintomatología se podrá presentar, pero si sube al Nevado de Toluca y no está bien preparado, sí presentará el mal de montaña y esto le desencadenará la sintomatología característica que describo aquí en este artículo.

Parecería una situación nada grave, pero desgraciadamente si las personas no llevan adecuados cuidados y ascensos lentos y progresivos, sí le pueden desencadenar problemas serios.

La situación extrema la viven los excursionistas de alto rendimiento; tipo ascenso a grandes alturas tipo Everest, en que se debe ir ascendiendo y se debe aplicar, conforme vas subiendo, pequeñas cantidades de dexametazona con el objeto de ir adaptando al excursionista a esa altura de casi 8000 m, pero solo tiene oportunidad en cada ascenso de 4 a 5 ampolletas, no más por el exceso de dosis, y aun así el mal de montaña ha impedido a muchos alpinistas llegar a la cima, son alturas que ya se debe usar oxígeno para un ascenso más fácil, aunque existe un grupo de alpinistas que llegan a ascender a esas alturas sin oxígeno aumentando el grado de dificultad y la proeza.

Gracias.