Hay nostalgia y tristeza en enramaderos por la desolación que ha dejado la pandemia: Pánfila Beltrán

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Desde playa Eréndira hasta Caleta de Campos, todas las enramadas turísticas están cerradas por la contingencia sanitaria que se vive.

Por Rafael Rivera Millán

Entre los enramaderos del municipio de Lázaro Cárdenas y en general de toda la costa michoacana, hay nostalgia y tristeza “porque nunca en la vida, ya que de esto vivimos, no se había visto un sector tan desolado como el de nosotros, nos duele que la recuperación económica que año con año visualizados en la temporada de Semana Santa, que la consideramos como nuestra cosecha, para pasar la temporada de lluvias que siempre nos afecta, ahora no vamos a tener un colchón”.

Lo anterior fue señalado en entrevista telefónica con el Noticiero de este diario, por Pánfila Beltrán Arreola, Tesorera del Comité de Desarrollo Turístico de la Costa Michoacana, A. C., quien agregó que “si con estas medidas de cerrar nuestros negocios, contribuimos a evitar el contagio del COVID-19, no hay de otra, hay que aguantar vara”.

Dio a conocer que de acuerdo al censo que se tenía de ayer lunes, en el municipio se habían contabilizado 86 enramadas cerradas entre Playa Eréndira y Playa de Guerras, en las inmediaciones de Caleta de Campos, pero estimó que eso mismo habría de ocurrir en las alrededor de 300 enramadas turísticas que hay en los tres municipios costeros de Michoacán, donde incluso elementos de la Guardia Nacional y de la policía estatal han andado recorriendo las playas y en forma amable se ha invitado a la gente que todavía no cree en esta pandemia y llega a este litoral, a que se regrese a resguardarse a sus casas.

Precisó que lo más triste de esta situación, es que todos o la mayoría de los enramaderos ya habían hecho inversiones, ya sea para comprar pintura y algunos otros materiales para arreglar sus negocios y dejarlos presentables para dar una buena imagen a los visitantes, además de comprar con tiempo los insumos, pescados y mariscos, sillas, muebles, todo para poder recuperar la inversión en esta Semana Santa, pero ahora esa es la preocupación de todos, de dónde van a recuperar gastos y pagar incluso lo que pidieron prestado.

En cuanto a la plantilla de trabajadores, dijo que tan solo en el área de Playa Eréndira donde ella tiene su negocio, se generan un promedio de 300 empleos directos, aparte los indirectos. Con todos ellos se hizo un convenio para irse a descansar a sus casas y guardar la sana distancia, percibiendo solo un salario mínimo, que ya se les pagó lo correspondiente a la semana que acaba de terminar, pero no saben cómo le van a hacer para cubrir esta Semana Santa y las que sigan. Tienen apunto, como trabajadores a gente vulnerable, esto es, adultos o a estudiantes que en época de vacaciones se alquilan como ayudante so para acomodar o limpiar mesas; estos también estarán siendo perjudicados porque al no haber actividad, no podrán emplearse.

Dio a conocer que con el apoyo de Claudia Chávez, titular de  Turismo estatal se estás tramitando a través de esa secretaría, las solicitudes de créditos de los enramaderos, por lo que esperan recibir un buen apoyo para sacar adelante a este sector y no quebrar en definitiva.

Volviendo al COVID-19, comentó que desafortunadamente hay gente incrédula, que sigue pensando que esto no es cierto y se atreven a venir a la playa, pero ya el sector por indicaciones de los tres niveles de gobierno, están exhorando a la gente a que no lo hagan, que se queden en sus casas, pero no hace saco y por eso anda la Guardia Nacional y la policía estatal invitándolos a que se retiren.

También señaló que algunas enramadas están abiertas porque sus dueños no tienen otra forma de sustento, pero la recomendación que se les ha hecho es de que cuando mucha tengan a 10 comensales y separados unos con otros, o bien para atender pedidos para llevar. En este caso se ha instalado un filtro sanitario en las enramadas que permanecen abiertas, en donde además del gel antibacterial que se les da a los comensales para desinfectarse las manos, se les toma la temperatura con un termómetro y si se capta que tienen fiebre, de inmediato se da aviso a la autoridad sanitaria, independientemente de que se levanta un censo para saber de dónde vienen para que esto sirva de estadística a las autoridades respectivas.

“Pero muchos son incrédulos o no visualizan el problema que se nos pudiera venir encima de salud, lo que ha ocurrido en otros países nos debería de servir de ejemplo, pero como luego decimos, a los mexicanos nos vale madre”, concluyó.