Por Francisco Rivera Cruz
Frente a los consolidados destinos de playa y hoteles de cadena, la costa de Michoacán ofrece las ventajas de tener espacios abiertos y fuera de grandes concentraciones de gente, con lo que se evita contacto con otros, resaltó Jorge Valente Mendoza Garibay, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de la Costa Michoacana.
Lo anterior, es de enorme ventaja en los tiempos de la nueva convivencia por Covid, pero todavía hay otros elementos que apuntalan a las playas del estado, como la muy buena su capacidad de hospedaje, playas limpias, un destino sustentable y lo que es una de las fortalezas de la región, su comida hecha al momento y con productos frescos.
El hospedaje, dijo el empresario y dirigente, puede ser en hoteles desde 4 estrellas y cabañas, “que no por ser cabañas quiere decir que no tienen servicios, las hay muy cómodas y con clima”.
Jorge Valente dijo que ha sido el presente un año muy difícil sin duda para la hotelería y para el sector turístico de playas en general, pero el panorama gris viene cambiando desde finales de octubre.
“El año iba en tendencia relativa hasta junio, y después de junio hubo reducción considerable que apenas a finales de octubre se empezó a ver turismo nuevamente en la costa”, explicó entrevistado.
“Ya hay un poco de reservaciones para diciembre, así que empezamos a ver con muy buenos ojos a la temporada de fin de año”, lo que dará respiración económica a algunos, luego que la pandemia hozo cerrar a determinado número de hoteles.
La fe puesta en la temporada deriva de los actuales buenos signos y de que la vacuna vino a dar más certeza a la ciudadanía de que aunque manteniendo las precauciones, puede salir con un poco más de confianza.
Ha sido un año malo pero que se torna de promesas, y donde se espera el mismo comportamiento, que el 50 por ciento de los vacacionistas sean michoacanos y el resto venga a las playas michoacanas de la Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco y San Luis Potosí.
