Ecos para la posteridad

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Por Yazmín Arroyo

Bienvenidos sean mis estimadísimos lectores; en esta ya mi octava columna en este 8 de Marzo Día de la Mujer, un día el que hay poco por celebrar y mucho por conmemorar y acordarnos de todas esas mujeres que han perdido la vida.

El día de hoy me deja un dejo de tristeza y dolor por todas esas mujeres que han sufrido violencia, y es que en este país, todas y cada de nosotras hemos sufrido violencia y de todo tipo, y lamentablemente cada día es más.

Y es que lamentablemente que mientras tú y yo podamos hacer varias actividades y llevar una vida “normal”, es en estos momentos en lo que quizás haya una mujer que esté perdiendo la vida o de aquellas mujeres desaparecidas. En promedio en 2022, desaparecieron 8.37 mujeres al día en México y la mayoría tiene entre 15 y 19 años. Del total de mujeres desaparecidas, 879 pertenecen a este rango de edad.

Hay 429 menores desparecidas entre 10 y 14 años; de 20 a 24 se contabilizan 339 casos. Esto quiere decir que el año pasado desaparecieron mil 647 mujeres de entre 10 a 24 años, el 53.89 % del total, según cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda.

A pesar que el gobierno federal se ha encargado de presumir sus datos en cuanto al combate a la inseguridad en el país, existe una cifra por demás sensible que está lejos de disminuir: la de personas desparecidas y no localizadas. En 2022, México fue testigo de un hecho sin precedentes, alcanzar la cantidad de 100 mil personas desaparecidas, pero no sólo eso, sino que al finalizar el año el registro está por llegar a las 110 mil.

Jalisco es la de mayor incidencia con 15 mil 038 personas desaparecidas. A esta le siguen Tamaulipas con 12 mil 467, el Estado de México con 11 mil 868, Veracruz con 7 mil 438, Nuevo León con 6 mil 250, Sinaloa con 5 mil 664, la Ciudad de México con 5 mil 163 y Michoacán con 4 mil 803. El año inició con alrededor de 95 mil reportes y terminará con 110 mil (según la tendencia y cercanía actual, pero puede variar), un aumento del 15.7% según datos del Infobae.com.

Hasta cuando más, hasta cuando ya no escucharemos más historias de terror, de esas historias en las que se amedrenta, se lástima, se viola o se mata a alguna mujer o niña.

Tenemos que exigir que se nos respete pero también nosotras debemos de respetar, de marcar límites, y no permitir que se nos dañe, necesitamos que todos y cada uno de nosotros seamos más conscientes y educar a nuestros hijos e hijas por el camino correcto.

Con valores pero sobre todo con amor, con ese amor con en el que se cuida a una plantita, regarla todos los días y ponerle su abono, necesitamos hablar más con nuestros hijos e hijas, preguntarles qué les pasa,  que piensan que sienten y guiarlos, pero también ser un ejemplo e inspirarlos, inspirarlos a hacer las cosas bien.

Y cómo lo vamos a hacer, como ya te lo he dicho mi estimado amigo y amiga, haciendo las cosas bien, no a la ahí se va, procurando y buscando ser mejores personas, porque todo lo que hagamos o digamos tendrá un eco en la posteridad.