Por Francisco Rivera Cruz
No han bastado pronunciamientos por el Sindicato, marcha de alumnos exigiendo solución, respaldo de otros gremios, incluidos los de educación; ni el posteo casi a diario al presidente López Obrador y el gobernador Alfredo Ramírez, de proclamas de atención; la huelga en la Universidad Politécnica de Lázaro Cárdenas, sigue.
A las 12 horas del jueves 9 de febrero, integrantes del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Politécnica de Lázaro Cárdenas (SUTUPLC), colocaron las banderas de huelga, exigiendo un contrato colectivo y mejoras salariales, luego de años de congelación a sus prestaciones. “Hoy empezamos, de las autoridades depende cuándo quietemos la bandera”, expresaron entonces.
El lunes de esta semana, la Rectora de la Politécnica, Teresa López Hernández, emitió un mensaje de 3 minutos y 25 segundos, en el que parece “batear” la responsabilidad de solución y establecer que si no ha habido salida no es su campo de actuación.
Expresó que al “conflicto” se le busca solución, pero que no depende de ella, dado que hay tres documentos que rigen la vida de la Universidad: el decreto de creación, manual de organización y el convenio que se suscribe con gobierno estatal y federal.
Manifiesta en el deficiente audio, que en el decreto, el artículo 5, fija que la administración y funcionamiento de la casa de estudios deben proponerse por la Junta Directiva y Rectora, lo que a la vez, debe autorizarse por la Junta de Gobierno.
En determinado momento, subraya que no es ella autoridad para imponer el tabulador y que se está trabajando para que la comunidad estudiantil “no pierda su cuatrimestre”.
Precisamente, alumnos de la Universidad Politécnica han realizado una manifestación, el 15 de febrero, para demandar a quien corresponda que se atienda la huelga y que se apure solución para que la calidad de enseñanza no se vea afectada.
Cuestionan que si la Rectora ganara 70 pesos la hora, como los maestros, catedráticos y personal de apoyo en la UPLC “no estuviera tranquila, solo defendiendo el huesito”. Marcando que la Rectora está ganando sus 71 mil 064 pesos al mes “sin pena, menos gloria alguna”.
Sheila de Jesús, en el particular tema y señalando a la Rectora, anota que como alumna “me resulta indignante que le quieran ver la cara a nuestros docentes y administrativos, quienes siempre han velado por nuestro bienestar y nuestra educación, que sin recibir presupuesto nos llevan a las salidas a campo en fines de semana”.
Agrega que “No es justo que aparte de no recibir un salario por estar en lucha por sus derechos les hagan ir a un lugar donde solamente se les verá la cara y se burlarán de ellos. Tienen necesidades, igual que usted, igual que yo, sea empática”, dicen a López Hernández. Le pide también “sea consciente del daño que causa a la comunidad estudiantil”.
Para cuando se acercaba el mes del movimiento de huelga, sindicatos de la zona empezaron a acordar una manifestación de apoyo, tipo foro, el cual se apalancará del propio decreto de creación de la Universidad, en su título sexto de las relaciones laborales, capítulo único.
Dicho apartado, establece que “Las relaciones de trabajo del personal académico, técnico de apoyo y el de servicios administrativos, con la Universidad, se regularán conforme a la Ley Federal de Trabajo”.
Reportan que están en etapa de organización y pronto darán paso al programa, en apoyo a los sindicalistas y en general al personal de la Universidad Politécnica de Lázaro Cárdenas, una de las pocas escuelas de nivel superior donde se niegan los derechos a un contrato y un tabulador de salarios.
