Ecos para la posteridad

0
592

Por Dra. Yazmín Arroyo

Mis estimadísimos lectores, que tal, como se la pasaron este 10 de mayo, me parece que fue un día en el que la gran mayoría de nosotros festejamos a nuestras mamás y también recordamos a las que ya no están entre nosotros, pero que donde quiera que estén, les deseamos que estén bien.

Entre nosotros hay muchas historias de nuestras mamás, historias de vida, que nos han marcado para siempre, el tener a un hijo nos marca, nosotros, mi estimadísimo lector estamos marcados por el amor de nuestra madre.

A lo largo de mi vida, he escuchado muchas, muchas historiasde mamás, de hijos que fueron abandonados por sus madres, si lo vemos en la naturaleza, no todas ni todos tenemos ese amor maternal, todos tenemos una historia de vida muy peculiar.

Algunos nacemos rotos, o nos rompemos cuando estamos creciendo, hay mujeres que jamás logran tener hijos y sin embargo son capaces de desbordar su amor a sus sobrinos, hijastros, nietos, etc., hay quienes pueden tener hijos y no los quieren con ellas y se van.

Hay mamás que tuvieron hijos y les toca cuidar a sus nietos y criarlos como a sus hijos, hay mujeres que adoptan a niños que se encuentran en orfanatos y son capaces de cambiarles la vida a esos niños, hay mujeres que prefieren crecer en su ámbito laboral y profesional y no quieren tener hijos, hay parejas que no pueden y deciden quedarse solos, hay parejas que pueden tener hijos pero no quieren.

Y también se de esas historias de mamás que criaron a sus hijos y que por diversas circunstancias están criando y cuidando a sus nietos, como mi mamá, y es que en lo personal no hay otra mujer que cuide y que proteja a mi hijo como mi mamá, me siento segura y tranquila de que ella está al pendiente de mi hijo porque yo tengo que trabajar y como mi historia yo sé que hay muchas más.

Y quiero hablarte de un estudio que hizo la National Geographic en España, que hablan acerca de, la llamada “hipótesis de la abuela” postula que la razón por la que las hembras humanas tienden a vivir mucho más allá de sus años reproductivos es porque brindan beneficios evolutivos a sus descendientes y nietos.

La evidencia que respalda esta hipótesis incluye un estudio de “la tribu ancestral de los Hadza de Tanzania”, donde la búsqueda de alimento por parte de las abuelas mejora el estado nutricional de sus nietos. Otro estudio de comunidades tradicionales mostró que la presencia de abuelas disminuye los intervalos entre nacimientos de sus hijas y aumenta el número de nietos. Y en las sociedades más modernas, los autores están continuamente comprobando que las abuelas comprometidas se relacionan positivamente con niños que obtuvieron mejores resultados en variables medidas como la aptitud académica, social, conductual y física.

Los resultados mostraron que, al ver imágenes de sus nietos, la mayoría de las participantes mostraron más actividad en las áreas del cerebro involucradas con la empatía emocional y el movimiento, en comparación con la visualización de otras imágenes. Posteriormente, tras una entrevista personal, los investigadores también comprobaron que las abuelas que mostraron una mayor actividad en las áreas cerebrales relacionadas con la empatía cognitiva al ver fotografías de sus nietos informaron que deseaban tener una mayor participación en la crianza de este.

Del mismo modo, el principal desafío que muchas de ellas destacan, reside en tratar de no interferir cuando no estaban de acuerdo con los padres sobre cómo deberían criarse sus nietos y qué valores deberían inculcarles. “Además, muchas abuelas también coincidieron en la gran ventaja que supone no tener las presiones económicas o las limitaciones de tiempo que generalmente experimentaron cuando criaban a sus hijos”.

Creo que algunas de ellas consideran, que con sus nietos corrigen los errores que cometieron con sus hijos, por eso algunos dicen, los padres crían y los abuelos echan a perder, pero ese lazo es inquebrantable, yo por eso quiero mucho a mis abuelas y vivirán en mi corazón por siempre y por supuesto mi mamá y tú.