Lázaro Cárdenas es tierra de grandes oportunidades: Rubén Medina

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Rubén Medina González, ex funcionario federal y estatal e impulsor en la región durante más de 20 años, de grandes proyectos portuarios.

Por Francisco Rivera Cruz

Esta zona de Lázaro Cárdenas, de los proyectos frustrados puede pasar a aprovechar las grandes oportunidades que representa la relocalización de empresas o nearshoring, preparando mano de obra certificada y creando infraestructura urbana y de servicios, opina Rubén Medina González, quien recomienda un real vínculo entre la academia y la empresa.

Quien por más de 20 años ha sido impulsor de proyectos portuarios, en charla, señala que es requisito que se pone en la mesa por los empresarios, si hay certificación de mano de obra, “y la realidad es que no tenemos ni un padrón de profesionistas, ni de certificación de habilidades y se sigue importando talentos para dirección de las empresas”.

Agrega: “Sí hay muchos que terminan sus estudios, y lo que pasa es que no estamos especializando a nuestros recursos, muchos de los chavos creen que por haberse graduado de técnicos o profesionistas es suficiente, y no, nos estamos quedando cortos”, plantea.

El también exsubsecretario del T-MEC en Michoacán, agrega que se necesita una mayor habilidad en alta especialización, debe haber una certificación, ocurriendo que habiendo quienes certifican por parte de las secretarías de Trabajo y Previsión Social y la de Educación, sencillamente, hay pocos o nadie que se certifique.

Los inversionistas preguntan invariablemente ¿Va haber gente para mi proyecto?, y el gobierno contesta que sí, que sobra gente, pero ya cuando se están empujando proyectos privados o de empresa, son escasos y terminan trayendo de otro lugar a alguien para la dirección de negocios pagándoles sueldos que podrían quedarse para la gente local.

El exdirector de la Administración Portuaria, anota que si este puerto está demandando directivos, es fundamental que tengan los chavos como herramienta el manejo del idioma inglés y manejo de paquetería de informática.

“Quien quiera dedicarse al comercio internacional debe tener la posibilidad de poderse comunicar en inglés, porque toda la comunicación con empresarios que visitan, necesitan información, hacer tratos, etcétera, se comunican en el idioma universal, el inglés”.

El también conferencista, dice que cuesta trabajo en un auditorio de estudiantes universitarios ver cuántos levantan la mano cuando se les pregunta quién habla inglés y luego quién maneja paquetería de informática: computación y tecnología.

De toda la información de las importaciones, la lista de empaque en los contenedores viene en inglés, así que en las agencias aduanales es reto impresionante ahora encontrar tramitadores, certificadores y validadores que hablen inglés; obvio atrasa apoyarse en el traductor, para ver palabras técnicas.

Añade que no hay gente para las agencias aduanales, para comercio exterior, y en lo local, la industria de la logística, detectando que hace falta un buen número de operadores, de mujeres operadoras.

Se le observa al ahora directivo de Saapsa, que el sector educativo de nivel bachillerato y universitario tienen área de vinculación con la empresa e industria, a lo que responde “pues faltaría comunicación estrecha y efectiva. A lo mejor sí lo comentan, pero no es comunicarlo sino trabajarlo”.

Muestra de que la escuela se desvincula es la respuesta de una directora en entrevista de hace unos días en Gente del Balsas, a si se da seguimiento a los egresados. “Sí, les preguntamos dónde se emplean”, a lo que Rubén Medina dijo que eso no es vinculación, sería saber desde antes a dónde irán, y que habilidades les abrirán puerta.

Cuando salen y no encuentran oportunidad aquí ¡fuga! a Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes u otro estado o hasta Estados Unidos. “El que no aspira, se queda aquí con salario indignos de 8 o 10 mil y no a la quincena sino al mes, indigno sobre todo si egresó de una universidad privada”.

Un segundo elemento para que esté esto tirado en años de proyectos frustrados se llama infraestructura, adentró. Los negocios se detonan cuando la infraestructura está disponible y alcanzable y no al revés, hay gobiernos que dicen primero tráeme al cliente y luego hago la infraestructura “y esto no es de la filosofía del huevo y la gallina. Aquí es el que tiene la infraestructura y dispone de las áreas, es quien va a captar las inversiones y los negocios”.

Ocurre que Michoacán no ha captado ninguna empresa desde el nearshoring. El 80% se ha sentado en la frontera norte, a falta precisamente de infraestructura urbana y de servicios, así como de amenidades.

Expuso el caso de una firma japonesa de arneses, que le encontró gusto a Morelia, por áreas de recreo, gastronomía y tamaño de ciudad, y no se quedó por no encontrar una bodega de 7 mil metros cuadrados. Se  fue a Guanajuato, allá hubo naves industriales.

En todo Michoacán no hallaron dónde, y se llevaron sus 300 millones de pesos que iban a invertir para generar mil empleos. Es tiempo de crear infraestructura y de preparar y certificar a nuestros jóvenes, si queremos subirnos al desarrollo, concluyó.