
Redacción
Hasta hace unos años la sociedad había sido testigo silencioso del incremento en la escasez del agua superficial y subterránea. En la actualidad, dicha escasez del agua y su distribución desigual han detonado conflictos de múltiples dimensiones que han escalado en violencia e incluso en homicidio.
El impacto del cambio climático causado por el incremento en la demanda de agua por el crecimiento poblacional; el cambio de uso de suelo para la agroindustria; el deterioro de la calidad del agua que la vuelve inutilizable y su disponibilidad menguada, por consecuencia de actividades de industrias transnacionales; el uso del poder de manera asimétrica, derivado de los vacíos de los marcos jurídicos que definen las decisiones relativas al agua y que favorecen su explotación, son causas que ponen en riesgo la seguridad hídrica y fuente de conflictos sociales, derivado de las graves afectaciones negativas a la población local tanto en su dimensión económica, como en su dimensión cultural.
Con este telón de fondo, surge la necesidad de que la 2ª Cumbre Mundial por la Paz, lleve por título y lema “Sin agua no hay paz”, misma que este año tendrá sede en nuestra capital michoacana y que se propone como un espacio que responde a la necesidad urgente de promover la reflexión, la acción y la participación, fincada en la base de que el agua es un derecho humano.
La Cumbre organizada por Fundación El Sol, se llevará a cabo los días 20 y 21 de septiembre, con la participación de diferentes países representados por personas con trayectoria en la investigación, el arte y la cultura alrededor del tema del agua desde la dimensión social con toda su complejidad.
En próximos días, el comité organizador dará a conocer por menores del programa, así como el lugar en el que se llevará a cabo.