Insuficiencia renal crónica. Aspecto social

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

 

La famosa y odiada IRC (Insuficiencia Renal Crónica), famosa porque cada día es más común, y esto, debido a la existencia de los padecimientos de tipo crónicodegenerativos, como son la diabetes, tanto la Diabetes tipo I como la diabetes tipo II o Mellitus, la Hipertensión arterial, las alteraciones degenerativas como artritis, lupus, esclerodermia, en fin, todas las enfermedades que llevan a un paciente a una inadecuada función renal.

Así es, inadecuada o fallida, que obliga después de hacer una infinidad de estudios de sangre y de su función renal a cada uno de esos casos y se llega a determinar fatídicamente que los riñones de esos pacientes ya son incapaces de sacar todas las toxinas que el cuerpo va desarrollando y que los riñones son los encargados de eliminar del cuerpo normalmente, toxinas que no deben permanecer dentro de un cuerpo humano; como son la urea y la creatinina, llamados por nosotros, los médicos como los azoados.

Y son sustancias que se irán elevando paulatinamente dentro del cuerpo, siendo tóxicas para el cuerpo de ese paciente y no solo esas toxinas, también existirá una retención de líquidos, que harán que estos pacientes tomen una característica física especial sobre todo en la cara, la cual se verá hinchada, tendiente a semejar una luna llena, y presentará un color gris pajizo en su piel, la cual estará seca y aunque orinen, esa orina que eliminan no es de características adecuadas para depurar y limpiar bien un cuerpo de esas toxinas, desarrollándose la temida IRC, y es donde se debe de recurrir a las dos palabras que son altamente altisonantes para cualquier paciente:  hemodiálisis o a diálisis peritoneal; ambas muy demandantes, ambas muy agresivas, ambas muy caras y ambas esclavizantes a paciente y a familiares de ese paciente.

Y socialmente debemos estar preparados, primero, a que este tipo de paciente entienda que su calidad de vida se verá mermada, y que dependerá del método que se elija en cada caso para limpiar esa sangre, ya sea hemodiálisis o diálisis peritoneal, para poder vivir, sobre todo para convencerlo y prepararlo física y mentalmente para las etapas que siguen y lo demandante que serán estas etapas, y asimismo informar, sencilla pero claramente a los familiares de esos pacientes, haciéndoles entender que el camino será muy largo y  muy sinuoso y que en más de una ocasión, será hasta fatal.

También está vigente la otra posibilidad de aquellos pacientes que no acepten la realización de una hemodiálisis o una diálisis peritoneal, y que acepten que deberán esperar lenta y progresivamente a cada día el deterioro que ira sufriendo su cuerpo hasta llegar a desfallecer, como ellos dicen “sin ninguna manguera en su cuerpo”, ambas posibilidades son valederas y como médicos y como seres humanos debemos respetar la decisión del paciente, siempre y cuando esté sano mentalmente y dentro de sus facultades mentales adecuadas, explicándolo adecuadamente con todos sus riesgos.

El aspecto social es una de las problemáticas más serias a nivel familiar, ya que se han visto familias destrozadas ante el embate de una de estas enfermedades de tipo catastrófico y que daña no solo el tipo de vida de un ser humano, sino que daña la estabilidad social y familiar por completo, llegando en ocasiones a deteriorar una relación familiar hasta la ruptura familiar, y pudiendo llegar hasta desintegrar familias completas, todo esto por el desgaste tan severo físico, mental y hasta económico al que se verán sometidos, el paciente principalmente, el esposo o esposa como segundo más dañado y los hijos en tercer lugar de ese daño social, afectando directamente a ese paciente, llegando, como menciono anteriormente, a una desintegración familiar por lo difícil que es llevar un caso como estos en casa.

De aquí que sea de imperiosa necesidad que se cuente con un equipo multidisciplinario para la atención de ese paciente, equipo que conste de su médico general, un internista, un nefrólogo, un endocrinólogo, un psicólogo y en ocasiones un psiquiatra, imprescindible, una trabajadora social y mínimo dos a tres enfermeras para el apoyo de la logística de urgencias y atención de estos pacientes, aparte de una unidad de hemodiálisis y la enseñanza domiciliaria, el uso de ambulancias cuando sean necesarias, como ve, no es fácil, incluso a nivel institucional, los protocolos no están bien establecidos, de aquí que sea una enfermedad catastrófica que deberá ser considerada perfectamente con la pregunta de oro ¿Se dializa o no se dializa?, dependiendo aquí la opinión y las creencias de cada paciente, que, como le repito, debemos respetar, ya que es la vida de ese paciente la que está en juego.

Ahora entenderá, querido amigo lector, por qué  tratamos, como médicos, de evitar llegar a una IRC.

Gracias por leer este artículo.