Por Francisco Rivera Cruz
Lázaro Cárdenas tiene un sistema de agua potable y alcantarillado en crisis, con red vieja que le ocasiona pérdidas económicas y enormes fugas de agua, una nómina elevada, una cartera grave de morosos y heredada una deuda de 128 millones de pesos por pendientes con Conagua, proveedores, IMSS y Secretaría de Hacienda.
Es la rápida radiografía dada por Pioquinto Camacho de los Santos, director del organismo que oficialmente se denomina Comité de Agua Potable y Alcantarillado de Lázaro Cárdenas (Capalac), quien considera que una renegociación de deuda, regularización de usuario y simultánea inyección de recursos por el gobierno es lo que puede salvar y garantizar el suministro de agua.
Capalac sufre una alta morosidad y lo revela el alto número de tomas y los bajos recursos que le ingresan. Si las poco más de 54 mil tomas pagaran, tendría ingresos de alrededor de 9 millones mensuales pero sólo capta 4.5 millones de pesos, lo que promedia 83 pesos por cada servicio.
Para tener una cercana idea de sus operaciones, el sistema de agua de Lázaro Cárdenas, gasta sólo en nómina 4.0 millones y en energía eléctrica un promedio de 2.6 millones cada mes, lo que ya hace un déficit superior a 2 millones en el periodo que se indica, sólo en esas dos variables.
Insumos (carbón, cal, cloro), refacciones, herramientas y otros, no es fácil conseguirlos a falta de recursos, a no ser que se quiera elevar la deuda.
¿Es alta la nómina, pero en qué medida, en qué porcentaje?, se le cuestiona a Camacho de los Santos. Reconoce que no se tienen los números todavía, pero como se dice que para muestra basta un botón: en La Mira hay 46 empleados en un sistema en el que con 26 basta y sobra, expone el directivo.
Llegamos a tomar acciones y vislumbrar soluciones. No para lamentar y nadar de muertito, apunta. Entre los asuntos inmediatos se han atendido socavones, se han realizado algunas reparaciones importantes y levanta un diagnóstico de las condiciones de la red, para tener preciso dónde se ocupa atender, pues hay puntos parchados y otros por colapsarse.
En el particular tema de consumo de energía se analizarán colocar paneles, pero mientras se ha asesorado el organismo para disminuir consumo en horas pico porque le ocasionan altas penalizaciones económicas. El proyecto es lo que se denomina banco de capacitores.
Hasta ahora la mayor morosidad se da en Las Guacamayas, tenencia que contradictoriamente en general, tiene las más bajas tarifas, situación que merecerá analizarse para presentar propuestas en las que los ciudadanos se hagan responsable de su servicio.
Se tratará de hacer un mapa del fenómeno de la morosidad y otro de las zonas de mayores fugas, tomando en cuenta que hay tramos con red de 30 años en servicio, que por lo mismo, ocasiona gastos extraordinarios por fugas y reparaciones.
Ante dicho panorama, anota Pioquinto Camacho que se convocará a los ciudadanos a que hagan conciencia de la importancia que representa poder contar o no con agua al abrir la llave, “tocará invitar al ahorro, porque si bien estamos lejos de esas ciudades donde ya se raciona el agua, es necesario cuidarla para no llegar a esa situación”.
Lo bueno en todo el caso, es que Capalac no tendrá por lo que resta del año mayores apuros por pagar su energía, luego que el gobierno municipal, en una de las primeras acciones, pagó 1.4 millones de pesos a Comisión Federal de Electricidad.