Adulto mayor, fragilidad

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

El paciente adulto mayor será muy propenso por su edad cronológica y los padecimientos que presenta debidos a su misma edad, a llegar frecuentemente a los servicios de urgencias de las diferentes clínicas y hospitales, y se recomienda al personal médico que está en esos servicios de urgencias, y que les toca atender a estos pacientes adultos mayores, utilicen un enfoque destinado a este grupo de pacientes, ya que se deben cubrir diversos entornos para la atención adecuada de este tipo de personas, ya que ellas son más vulnerables y justamente bien llamadas frágiles.

De aquí el nombre del presente artículo, que debemos saber que los pacientes adultos mayores recurrirán frecuentemente a los servicios de urgencias, los criterios médicos serán los mismos, pero el enfoque de la evacuación de un paciente senil frágil es muy distinto al de un paciente joven.

Detectar en esos pacientes caídas, inmovilidad, incontinencia, confusión y obtener los mayores datos de las personas que los cuidan, establecer las prioridades en la atención de estos pacientes y cubrir los objetivos de una atención adecuada.

¿A qué nos referimos con un paciente adulto mayor frágil?

A ese paciente, débil, que camina lento, que difícilmente se moviliza, que no tiene mucha fuerza para sostenerse ni apretar fuerte una mano, con la mente no muy bien centrada, todo esto manifestado por el acumulo de diagnósticos que presenta este hombre.

Este tipo de pacientes que presentan más enfermedades, acuden más a urgencias y su tiempo de hospitalización es mayor, y lo peor, los resultados post tratamientos son más débiles y sin muy buenos resultados, con reingresos frecuentes al servicio de urgencias, se habla de hasta un 40 % de reingresos, con readmisiones por problemas no resueltos, falta de apoyo social y síndrome de desintegración social, detectar adecuadamente esa fragilidad nos permitirá derivar a ese paciente a un geriatra, quien es quien debe de instituir un tratamiento, hasta hace tiempo era el internista el que lo hacía, pero se ha llegado a determinar más específicamente al geriatra para el manejo de pacientes con este tipo de fragilidad.

Este enfoque ha cambiado para el diagnóstico y el manejo de estos pacientes, se hace un enlistado de pacientes y las enfermedades que portan para poder tenerlos siempre en cuenta, tener sus expedientes lo más actualizado con las últimas notas y los últimos cambios hechos en su expediente y en sus manejos, perfectamente estadificados y anotados para saber los manejos y los cambios que se puedan presentar, el expediente debe incluir la capacidad mental y la respuesta mental del paciente, ya que puede tener hasta un compromiso legal por las tomas de decisiones en sus propiedades y en su vida, hacer un mapa de las lesiones que se presenten por compresión de tipo escaras, y los datos que vayan apareciendo por el deterioro psico social de cada paciente.

Del paciente frágil senil debemos decir que para una mayor satisfacción no solo personal en la atención, sino en la apreciación del paciente y del familiar, debemos brindar la mejor atención, ya que muchas veces, sobre todo a niveles institucionales, les comentan delante de ellos mismos, sin tomar en cuenta su fragilidad: >para qué lo cura si ya está re viejito< >eso que tiene es por lo viejo que está< y frases como estas que son llenas de incomprensión a esos pacientes, y con mucho lapidarias, ellos nos dieron lo que pudieron para hacernos crecer, ahora nos toca a nosotros retribuir esa ayuda que nos dieron, así será una manera mínima de agradecer lo que nos dieron.

Este tipo de pacientes requieren ser manejados y evaluados en un contexto distinto, por la comorbilidad compleja que presentan, por la gran cantidad de padecimientos que presentan y se manifiestan al mismo tiempo, valoraciones en urgencias si se puede solos mejor, hablar al paciente en una velocidad y en una intensidad de voz adecuada, involucrando a sus familiares y/o cuidadores para una información más real, usando los accesorios que habitualmente usa como anteojos, audífonos, bastones, sillas de ruedas, andadores, sondas, en fin, lo que ocupe siempre.

Este tipo de pacientes, debo insistir, deberá ser manejado por un geriatra, que le practicará una EGC (evaluación geriátrica completa), que será como se menciona en un enunciado hecho por la Dra Papponetti que dice: “Enfocado en determinar el aspecto médico, psicosocial y de las capacidades funcionales, para desarrollar un sistema coordinado y un plan integral de tratamiento y seguimiento”. Dra. Marta Papponetti.

Un manejo en esta manera por geriatría, y en forma multidisciplinaria, será siempre asociada a mejores resultados, se reconoce que no hay geriatras para manejos en toda la República, de ahí que el médico desde el general hasta el especialista en todas las ramas, principalmente el internista, comprenda y entienda de la fragilidad de este tipo de pacientes, ya que no pueden ser manejados como el resto de los pacientes ni en dosis, ni en trato, ni en condiciones, ya que hablamos de pacientes frágiles, fragilidad que todos los médicos debemos captar, entender y manejar.

El deterioro que van teniendo este tipo de pacientes hace que haya más de una enfermedad, y en estos casos debemos tratar todas, y debemos retirar las etiquetas como <internación social> paciente que se ingresa a piso por <síndrome de deprivación social> tratar de evitar al máximo los pacientes con multifarmacia, que les llegan a proporcionar hasta 10 medicamentos al día, debemos facilitar las dosis y disminuir los medicamentos a los estrictamente necesarios, evitando el exceso en que se ha llegado a caer en este tipo de pacientes, con la excusa de que <es lo que requiere>.

Gracias.