Por Dr. Manuel Portillo Serrano
Gastroendoscopía/Gastrocirugía
Existe un grupo diferente de diabetes que se llama diabetes gestacional, y se debe diferenciar muy claramente de una diabetes juvenil o insulinodependiente llamada también tipo 1 y de la diabetes mellitus tipo 2 o del adulto, y de la que le voy hablar en este artículo, se llama diabetes gestacional que se manifiesta por presentar datos de hiperglicemia (elevación de los niveles de glucosa arriba de lo normal) durante el embarazo, o poco después de estar embarazada, si ya era diabética la paciente antes de embarazarse, debemos saber cuál tipo de diabetes presentaba de las dos mencionadas.
Si es importante en una persona que no está embarazada vigilar los niveles de glucosa, imagínese, querido lector, en una mujercita embarazada, los niveles de glucosa serán sumamente importantes, ya que con elevaciones de glucosa se pueden presentar alteraciones genéticas en el producto por la elevación de la glucosa como son macrosomías, productos muy grandes u organomegalias, crecimientos de órganos, y un sinfín de alteraciones generadas por la elevación de la glucosa en la madre diabética, pero no solo esto, también abortos, preeclampsia, hidramnios, distocias de hombros.
Sabemos clínicamente que la diabetes gestacional es relativamente sencilla de controlar, pero también sabemos que si hay hiperglicemia se verán presentadas muchas complicaciones para el binomio.
Para hacer el diagnóstico se sugiere alrededor de la semana 24 a 28 de gestación, realizar un par de pruebas que se llaman de O ‘Sullivan o de Carpenter, ambas pruebas son muy parecidas a la tradicional prueba de curva de tolerancia de la glucosa, que se hace en personas no embarazadas, solo que aquí los criterios son más cortos, los puntos de corte más bajos, así tenemos que en la de prueba de Sullivan arriba de 140 de glucosa es diagnóstica y en la de Carpenter hasta 153, con tomas horarias de glucosa con el objeto de ir viendo cómo se comporta la glucosa.
Pero una hiperglicemia persistente en cualquier época del embarazo será diagnóstica, corroborando con una Hemoglobina glucosilada para llevar un mejor control. Estas pruebas diagnósticas están sugeridas a todas las mujeres embarazadas y son raras de practicarse en las pacientes.
Ya hecho el diagnóstico, el manejo será por de más exigente para este tipo de pacientes diabéticas embarazadas, siendo de vital importancia la dieta, libre de carbohidratos muy elaborados, no azúcares y no dulces, con más alimentación blanda, verduras y frutas, realizar ejercicio cardiovascular no muy pesado, y en cuanto a las medicinas de tipo hipoglucemiantes orales, o sea, las pastillas para bajar el azúcar en las señoras embarazadas están contraindicadas, no se pueden usar, lo que nos obliga a usar durante el embarazo la insulina, situación que será de difícil aceptación por parte de la paciente y sus familiares por el miedo infundido que se ha generado a todo nivel por el manejo de la insulina, en algunas ocasiones con la dieta y el ejercicio se llegan a controlar las hiperglicemias, pero si no se logran estabilizar será necesario el uso de insulina de acción intermedia, iniciando con dosis bajas en la mañana, con el objeto de estabilizar las cifras de glucosa y mantenerlas siempre abajo de 120.
La dieta es muy importante, si a una persona no diabética damos 30 calorías por Kg de peso por día, una mujer diabética en gestación, subirá solo a 33 a 36 calorías por kg de peso por día, siempre y cuando esté en su peso, pero si es obesa deberá bajar hasta 25 calorías por kg de peso por día. Ya se podrá imaginar que, si el control en un paciente diabético no embarazado es muy riguroso, cómo será de riguroso en una mujer embarazada, ella debe tener su equipo de control, con un glucómetro funciona muy bien, los puntos de corte en la mujer diabética son más exigentes que en los no diabéticos, en la mujer diabética en ayunas se pide debajo de 95, y a la hora de comer no arriba de 140, y a las dos horas, estar en 120, y para los no diabéticos se piden 110, en ayunas, 200 primera hora y debajo de 180 en la segunda hora.
Vea cómo se debe ser más exigente con el control de la mujer diabética embarazada, ya que ella está formando a un ser humano en su interior, de ahí que se le llame binomio.
Un control que casi nunca se lleva y que se debe llevar adecuadamente es la hemoglobina glucosilada. Algunas pacientes se les eleva su glucosa y ya quedan diabéticas desde el embarazo, pero un porcentaje alto de un 40 %, regresa a sus cifras normales, y las pacientes suponen inmediatamente que ya están curadas, nada más falso que eso, ya que en el siguiente embarazo, si lo hay, se volverá a subir el nivel de glucosa en sangre de esa paciente y a una paciente que le presentó diabetes gestacional, tarde o temprano en la vida de esa paciente terminará como una paciente diabética tipo mellitus, tipo 2.
El hecho de que se exija que una paciente diabética embarazada tenga las cifras más bajas que una paciente diabética no embarazada, es que se sabe que las cifras de glucosa altas afectan al bebé, la hiperglicemia daña al bebé, y al nacer pueden caer en hipoglicemia, mantener las cifras de glucosa y la Hb glucosilada debajo de 6 durante el embarazo, ya que arriba de 6,5 a 7 puede generar hipoglicemias en los recién nacidos.
Monitorear también los cuerpos cetónicos, ya que se suba la glucosa arriba de 200, solicitar cuerpos cetónicos que son parte del control, durante el parto o Cesárea las cifras de glucosa deben ser normales. Y en caso de alteración, informarles al anestesiólogo y al pediatra.
Gracias.