Por Dr. Manuel Portillo Serrano
Gastroendoscopía/Gastrocirugía
Termino mi rotación en Ginecología, donde entendí que yo ginecología no, no la haría nunca, lo que no sabía era lo que me deparaba el destino; que mi mejor amigo del RR, el famoso Chanclas, haría ginecología, y mi vida estaría ligada a la ginecología, ya que mi esposa es ginecóloga, en fin -la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida-, diría la filosofía del buen Pedro Navajas.
Muchos factores me hicieron abandonar la idea de hacer gineco, pero 2 fueron las concluyentes, una el R1 de gineco es matadísimo y la segunda, manejar un binomio, pensar por dos vidas, ya lo había vivido en mi primer parto que acabó en Cesárea, eso no era para mí, así que dejé la ginecología y pasé a pediatría en el Hospital Infantil de la Villa, muy cerca de la Basílica, igual del Departamento del Distrito Federal, ahí me fincaron las bases para la pediatría, muchos casos, muchos pacientes, muchas urgencias, pero también muchas carencias, no teníamos ventiladores, los internos la hacíamos de ventiladores con el ambu y con el oxígeno y una manguera de oxígeno y un orificio que tapábamos y destapábamos con cada respiración, ahora ya hay respiradores automáticos y ventiladores para RPPI, presiones positivas intermitentes, y sí, siempre hay un caso que quieras o no, te toca, y deje que le comente este caso que a mí me sacudió.
Un matrimonio de jóvenes, pero literalmente jóvenes, ella de 14 años y el de 15, traen a consulta a su hijo de 7 días de nacido, porque no llora, porque no se mueve y porque no quiere comer, lo paso a consulta, y es una niña de 7 días de edad, con un peso de 2,300 kg, talla de 46 cm, con datos francos de desnutrición, producto de parto eutócico (normal), nacido en clínica particular, por Tlalnepantla, y con fiebre de 38 grados, pero la piel color casi morado, marmóreo y con una taquicardia de 160, esa niña se está muriendo de un shock séptico, ¿qué quiere decir? que tuvo o tiene una infección, y nadie lo vio, no le hicieron nada y la bebé ahora está muy grave, informo al R2, la valora y se ingresa a piso, y por lo grave se debe de colocar en un ventilador, pero les digo que no había, eran como las 7 de la noche, pasa a piso, se canaliza y se le pasan medicamentos y analgésicos, pero no reacciona, y no solo eso, debo estar yo como interno de pregrado ahí pegado a la manguera del oxígeno con el dedo índice apretando y desapretando como ventilador humano, no había más.
Se pasó a terapia intensiva pero en esencia era el mismo manejo y dada la gravedad que presentaba la paciente, falleció a las 2 am (aunque yo la vi muerta desde que la ingresé), ya que era prácticamente imposible que se revirtiera ese daño pulmonar que presentaba esa paciente, la lucha teníamos que hacer, trágico. ¿Cómo culpo a los padres? Si eran unos niños, culpo a los abuelos, a los papás de los papás de esa bebé, pero cómo, si vivían 13 personas en una misma casa y con alto grado de hacinamiento y promiscuidad, el hecho que se hayan embarazado tan jóvenes es producto de todo esto.
¿Cómo los culpo?, repito, la bebé para colmo no estaba bautizada, así que antes de que falleciera, una enfermera y yo la bautizamos con el nombre de María, a los hombres les ponemos José, ya que para los que somos creyentes el recibir esa agua bendita le permite llegar al reino de los cielos, duro y muy difícil salir a decirles a unos niños de 14 y 15 años que están en la sala de espera, -señores, su hija acaba de fallecer, murió de neumonía y justo antes de morir la bautizamos con el nombre de María- y que la mama te diga que eres un inhumano porque la dejaste morir, si ella venía “bien”, que por qué la bautizaste y por qué le pusiste María, si ella se llamaría Itzahia Yareli, y que te iban a acusar con el director por haber afectado a su hija, y sin poder decirles, su hija llegó casi muerta, tratamos de revivirla, hicimos lo humana e inhumanamente posible por salvarla desde las 7 que llegó hasta las 2 am que murió, el hecho de bautizarla es un acto de fe y ayuda religiosa, y no sabíamos el nombre que le iban a poner, le pusimos el que acostumbramos a poner cuando vemos que no habrá mejoría y sabemos que un paciente no está bautizado, pero en esta ocasión con estos “señores”, todo fue para mal.
No te imaginas la impotencia de estar oyendo a un chico de 15 años, de secundaria, peleando por la vida de una niña, que no pidió venir, en un matrimonio muy inmaduro para ser padres, en un medio hostil para los padres y la bebé, y tener que tragarte todas esas maldiciones de un escuincle, porque solo es eso, un escuincle, que no se puede cuidar él, ¿cómo iba a cuidar a una niña?, ahí vi con todo, la crueldad de los embarazos en adolescentes, que desgraciadamente y a 40 años de ese internado, se siguen dando igual y a veces hasta niños más jóvenes que los que yo vi en mi internado.
He visto embarazadas de 11 años, he visto, embarazadas de 12 años, padres de 13 años, y poco ha cambiado, sus bebés se siguen muriendo, es un poco menos, sí, es cierto, pero se siguen dando casos, un caso muy duro, un caso patético, que abarca la educación, la incultura y la necesidad de mejorar la forma de pensar de los jóvenes.
Gracias.