Residencia rotatoria de post grado

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

Comentarle que mi generación fue la última del rotatorio a nivel del IMSS, pero siguió en algunas otras instituciones por uno o dos años más,  pero ya para 83/84 había desaparecido esa figura médica de la residencia rotatoria de pregrado, de esto que estoy escribiendo aquí como si fueran mis memorias de mi carrera médica, muchos médicos se enteran como hechos históricos o casi casi de la prehistoria.

Nos quitaba un año más de vida médica, pero nos daba mucha experiencia en todas las áreas médico/quirúrgicas al rotar ya como médico hecho y derecho a una residencia, se quitó y ahora se pasa a las especialidades, aunque hay algunas que requieren primero un año de cirugía o un año de medicina interna.

Una rotación que a mí me tocó y me dejó mucha experiencia en el rotatorio fue la de Terapia Intensiva, era un día festivo, 5 de febrero, bien presente tengo yo, asignados dos RR, El Chanclas y yo, pero El Chanclas estaba de vacaciones, así que fui yo, como RR, un R1 de Terapia Intensiva, que en esa ocasión está rotando en área de cardiología en la unidad coronaria, dos R2, un hombre y una mujer, que como pareja, al ir al hospital sufrieron un accidente automovilístico, nada grave afortunadamente pero no asistirían a la guardia; Gulp, era yo el único residente para ese monstruo de UTI (Unidad de Terapia Intensiva), de 10 camas, todas ocupadas y los pacientes muy graves, había dos médicos de base por turno, una enfermera por cada paciente, 10 y una jefa, Juanita, que con el tiempo sería la esposa de mi amigo Chanclas, ahí solo se empezaban a conocer, pero él estaba de vacaciones, así que con toda la actitud, ya estaba ahí, que me quedaba, éntrale, no sé cuántas gasometrías tomé, no sé cuántas curaciones hice, no sé cuántas sondas cambié, no sé cuántas hojas de indicaciones corrí, desde las 7 que recibíamos guardia y esto sería por 24 horas.

Al estar todo el team, nos repartimos la guardia, mitad y mitad, pero qué cree, estaba yo solo, no había forma de repartir ni trabajo ni descanso, era todo, absolutamente todo, para mí, me puse a trabajar, no desayuné, como a las 5 de la tarde tenía ya mucha hambre y se me autorizó subir a comedor, terapia estaba en el primer piso y el comedor estaba en el piso 10 de la torre de especialidades, me apartaron comida, comí y cené al mismo tiempo y me bajé a seguir con mi labor, debo reconocer que la Jefa Juani y sus chicas me apoyaron una barbaridad. No había pendientes a las 22.00 horas en la entrega de la guardia a los nocturnos, no se cómo se me vería la cara que el jefe de guardia me dijo, Portillo tú vete a dormir a la una de la mañana, no se si me fui a la una o a las dos o a las tres, lo que sí se, que ni a la residencia fui, me quedé dormido literalmente a un costado de la oficina de la jefatura, en calidad de bulto, el cansancio y la fatiga habían sido abrumadoras y literalmente me dormí hasta las 6 que entró el turno de enfermería del día anterior y me encontraron ahí.

Me mandaron a desayunar y a darme un buen baño, para regresar a las 7 a la entrega de guardia, ya había más residentes, recuerdo que al llegar bañadito, aseado y con la panza llena, mis compañeros y el personal me recibieron con un aplauso, me sentí muy bien, que mis compañeros y los médicos de base te reconozcan tu trabajo, esto me valió una nota de mérito, me dio gusto, más por el aplauso de mis compañeros y médicos que por la nota de mérito, que siempre queda en el expediente.

Pasé al servicio de Urología, otro servicio quirúrgico, que yo lo tenía como segunda opción en mis especialidades. En esa época se iniciaba el uso de la RTU (Resección Transuretral), para la cirugía de próstata; los residentes de Urología, muy buenos, en ese servicio había R2, R3 y R4 de Urología, igual nos tocaban las historias clínicas, los ingresos, las curaciones y entrar a quirófano, casi nada o de plano nada.

Iniciábamos a las 6 de la mañana la visita, en varias ocasiones me tocó voltear a ver las ventanas para ver si era 6 am o 6 pm, al ver la luz del día era por el ritmo de trabajo, En este servicio me tocó realizar una cistoscopía, con un R4, Roa, y al estar ya para iniciar, me dijo: Portillo, ya viste cómo las hacemos, sí claro, ah pues hazla tú, y sí, aplique mi primer cistoscopio, sin incidentes ni accidentes, y logré observar lo que pretendíamos ver, que era el trígono, y hasta dónde estaba el tamaño de la próstata, ya que este paciente sería sometido a RTU.

Le informé lo que vi, y claro él me lo revisó, y confirmó que lo que le decía era real, y que no cambié información, y me comentó: Deberías hacer urología, se te facilita. Le agradecí mucho, pero siempre en mi mente está y estaba hacer cirugía general, se lo agradecí de todo corazón y en serio, y cuando terminamos esas rotaciones él ya era de base. Acerca del comentario de ese día, me comentó que -Urología había perdido un buen elemento-,  le volví a agradecer, pero mi vida estaba en la cirugía y gastro cirugía, mi rotatorio fue muy bueno y edificante y me abrió mucho el entendimiento para ingresar a Cirugía General, a la Torre de Especialidades del Centro Médico La Raza, donde me aceptaron, y recuerdo con gran cariño a un maestro y director de nosotros en el rotatorio, que ya partió, el Dr. de la Riva, GiGi de la Riva, murió por contaminación en Infectología de HIV, nuestro maestro en el RR. Gran Médico y gran Hombre.

Gracias.