Puertas falsas

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

Como seres humanos estamos expuestos a vivir en un constante estrés, y más aún en las épocas actuales, y para relajarnos, tranquilizarnos o salir un poco de la problemática diaria, cierto grupo de personas tiende a usar lo que yo llamo puertas falsas, como es tomarse “un seisito”, “una caguamita”, refiriéndonos a la ingesta de bebidas alcohólicas, y en cuanto a drogas: “un churro de mota” o ya de plano un “pase de coca”, haciendo de esa borrachera o el uso de alguna droga esta puerta falsa.

Y le quiero comentar, querido lector; sí lo aislará de su problema pero solo momentáneamente, ya que se olvidará, sí, en efecto, por un rato y con la euforia que le pueda dar el alcohol o la droga, no advertirá ni el problema, ni la magnitud de este y ni sentirá el cansancio, pero qué cree, el problema seguirá, ahí está, no se ha esfumado y ahora lo debe encarar, pero crudo, sin dinero y posiblemente hasta con una cruda física y moral, la tradicional resaca.

Esta puerta falsa es y será un gran problema para usted, y no solo en su salud, también en su economía y en su relación con sus familiares.

Estas puertas falsas son tomadas fácilmente, ya que es el camino más sencillo, para nada es el ideal, pero sí el más fácil, esa justificación que porque trabajé mucho, porque estoy muy estresado, me canso tanto en el trabajo, que necesito tomarme una cerveza o dos o tres, inicia como para disminuir el estrés, y desgraciadamente termina como un vicio difícil de controlar.

Ve como en algo que inició como una puerta falsa inicialmente sin nada de riesgo y fácilmente controlable, pero desafortunadamente termina en un vicio que ya le es sumamente difícil controlar y que no podrá controlar fácilmente, aunque el mismo paciente diga que él lo deja cuando él quiera dejarlo, pero desgraciadamente no lo quiere dejar, llevándolo a una adicción ya sea al alcohol, a la marihuana o a una droga, aquí es donde inician las adicciones mayores.

Todo este tipo de adicciones, ya sea al alcohol, a una droga o a la marihuana, desgraciadamente son crónicas, lentas, progresivas y mortales, ya que se hacen consuetudinariamente haciéndolas crónicas, ingresan poco a poco a su cuerpo y lentamente lo van dañando, progresivamente, ya sea su hígado, su riñón, su cerebro, paulatinamente hasta llevarlo a la muerte, pasando por una desintegración familiar, o vivir en un estado de tolerancia por parte de la familia, con el sentido que se sienta tranquilo, nadie le puede llamar alcohólico, drogadicto o marihuano, porque se dan por ofendidos y ellos no son eso, ellos “controlan sus vicios”, y los dejarán en el momento que ellos quieran, el gran problema es que no quieren dejarlos nunca.

Una problemática social, familiar y cultural, que inició solo por tomar una puerta falsa, que le cubrió ciertos satisfactores generalmente del  placer, y sentirse un poco abstraído de la problemática familiar, social y económica, sin una solución al problema, y que no solo eso, sino que generó una adicción que dañará a toda la familia, desde lo económico, anímico y patrimonial, y todo por tomar esa puerta falsa.

Muchos saben que están ahí, saben que puede desencadenar una adicción severa y una total destrucción familiar, con traumas a los hijos y a la esposa o esposo, según sea el caso, y son personas que acabarán solas, y todo por tomar esa puerta falsa.

Gracias.