A 50 años de la llegada del hombre a la luna

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

El 16 de julio de 1969 despegó de Cabo Cañaveral, por la península de Florida, el Saturno 5 en ese entonces, que llevaba como misión el Apolo 12 o el Águila como lo denominaron, en la que tres astronautas llamados Armstrong, Aldrin y Collins, tenían la misión de descender en la Luna.

Era una intrépida misión, ya que debo recordarles, queridos amigos, que en esa época no había nada de los avances cibernéticos que hay ahorita, si había computadoras, gigantes Apple, pero anticuadas, todo se tenía que hacer con cálculos matemáticos, con Vernier y con reglas de cálculo y usando todos los logaritmos que pudieran imaginar.

Era más simple y sencillo, pero lógicamente con más peligro. Una misión anterior, el Saturno 4, fue una falla fatal que llevó a tres astronautas a la muerte. En ese entonces vivía yo en la ciudad de México, y la manera de ver era a través de la TV, y las televisiones eran grandes y en blanco y negro, y les describiré como lo viví.

En ese entonces andaría  entre los 11 a 12 años, cursaba los primeros años de secundaria, eran como las 3 o 4 de la tarde, la televisión en cadena Nacional, si no mal recuerdo era Jacobo Zabludovsky el locutor narrando cuando bajó Armstrong del Apolo 12, y puso su pie derecho en la luna, imágenes borrosas, en blanco y negro, no muy claro, nada de HD ni color, pero claramente vimos cuando al bajar la pierna derecha  y estampar la huella, que eran botas con rayas en las suelas, dijo esa frase que ya es histórica: “un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad”.

Fue algo indescriptible ver e imaginar en la noche, viendo la luna y pensar que había un ser humano posado en ella en ese momento, y que aunque no lo viéramos, allá estaba, y ser testigos de la historia mundial, como muchos hechos más.

Fue bueno, sí claro, un hombre puso su pie en la luna, caminó en ella y tomó varias muestras de piedras, tierra y polvo lunar. Pero eso fue todo, yo imaginaría que con esto se desencadenaría una exploración de todos los planetas, pero no, se apagó ese intento de seguir viajando por todo el universo.

En ese entonces no lo comprendíamos, pero hoy sí, como en esa guerra fría Rusia y EEUU, como los Rusos pusieron en órbita a un astronauta alrededor de la tierra, a Yuri Gagarin, y ya lo habían hecho con una perra, que regresó viva a la tierra, la perrita Laika, y quieran o no, ellos iban ganando la carrera por el universo, así que se aplicaron millones de millones de dólares para ir adelante en esa carrera, y fue donde salió la idea de explorar la luna, qué mejor banderín, y explotar esa información mediáticamente, con lo que había en ese entonces, TV en blanco y negro y la radio, así como los periódicos, hubo gente que hasta pensó que no se hizo ese aterrizaje en la luna, pero sí hay pruebas que si llegaron a la luna.

Ya no hubo más después de eso, se acabó la guerra por ganar el universo, ya ni los rusos ni los americanos le dedicaron más tiempo y mucho menos dinero a esa carrera que solo les daría prestigio pero no les acarrearía ganancias económicas.

Así es como yo viví, en ese 1969, la llegada de Armstrong a la Luna, papá de aquel otro famoso Armstrong, el multiganador de la Tour de Francia, que logró vencer al cáncer y que fue ganador muchas veces de la Tour de Francia, y fue descalificado por dar positivo a pruebas de dopaje en la carrera. Bueno, eso ya será motivo de otro artículo, aquí nos ocupa la luna.

Una carrera de la humanidad a finales de la odiosa guerra fría, pero podemos enterarnos que nos dejó al menos el ser testigos de cuando el hombre puso su huella en la luna, no trajo más avances científicos, pero sí nos trajo el logro del ser humano de vencer el universo y posarse en la faz de la luna, partiendo de la tierra.

Gracias.