* Denuncian que en el campamento de Solera de Agua, los perros siguen saqueando los nidos de huevos de tortuga.
Por Rafael Rivera Millán
Un fugaz patrullaje de marinos e inspectores de Profepa por el campamento de Solera de Agua, provocó que dueños de una jauría de perros que mataba tortugas, los encerraran pero no ha sido suficiente, pues de nueva cuenta ya andan sueltos y aunque ahora no matan a las tortugas adultas luego de que éstas salen a desovar, están depredando el producto, esto es, escarban los nidos que no son detectados por los campamenteros para llevarlos a incubar, y destruyen los nidos para comerse algunos huevos, muchos de ellos a punto de que eclosionen y ello evita el nacimiento de muchas crías.
Rafael Lemus Medina, presidente del citado campamento que es manejado por integrantes del grupo ecologista El Bejuco en Movimiento, que encabeza Moisés Hernández Lozano, dijo que ojalá y los patrullajes de elementos de la Armada de México con inspectores de la Profepa se haga más seguido, sobre todo en estos días en que están naciendo muchas crías de Golfina, para evitar que los perros destruyan los nidos.
Por otro lado mencionó que entre sábado y domingo que acaban de pasar, se logró liberar alrededor de 4 mil crías del quelonio, en el litoral de la Playa El Malacate donde se encuentra establecido el campamento de Solera de Agua, que sumadas a las que se han liberado del 17 de octubre a la fecha, son unas 20 mil pequeñas tortugas que se han echado al mar para que cumplan con su ciclo de vida, y en un corto tiempo vuelvan a esa playa a depositar sus huevos.
Dio a conocer también que desde que inició la temporada de arribazón de la tortuga Golfina, a partir del 10 de agosto a la fecha, llevan ya más de 1,600 nidos recolectados e incubados en ese campamento. Cada nido representa un promedio de 80 a 100 huevos.
Añadió que se ha estado invitado a diferentes instituciones educativas de la región para que acudan alumnos, maestros y padres de familia a presenciar las liberaciones, a fin de inculcar en los menores de edad, el gusto por la preservación y conservación de esta especie que año con año visita las playas de Michoacán para cumplir con su ciclo reproductivo.
Finalmente hizo un llamado a los dueños de la jauría de perros, a que no esperen a que la autoridad los ahuyente, sino que por voluntad propia los amarren para evitar que una vez que los elementos de la Armada y de la Profepa se retiren de la zona, los animales vuelvan a hacer de las suyas, depredando esta especie que ha estado en peligro de extinción.
