Vivieron peor Semana Santa; ni para pagos sacaron enramaderos

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Enramaderos señalaron que en la pasada Semana Santa, no hubo la derramada económica esperada, pues ni para pagar sueldos sacaron.

Por Francisco Rivera Cruz

Ayer, durante reunión entre prestadores de servicios turísticos en playa, se coincidió que la peor temporada vacacional de semana santa fue la de este año, cuando hubo turismo, pero fue “mochilero” que no realizó consumos.

Se dijo que además de una mala temporada, les preocupa lo que viene, ya que en unas semanas enfrentarán la temporada de huracanes, con marejadas y el fenómeno de mar de fondo, “como puntualmente ocurre desde 2015”.

Durante el encuentro, se dijeron molestos e inconformes por las declaraciones de un dirigente de Canaco que “por quedar bien con sabe quién” o tal vez “sacar likes” en sus publicaciones, declaró que la semana santa dejó buena derrama.

Se les oyó decir que aunque los filtros sanitarios desalentaron, llegó mucha gente a la playa, pero en el mejor de los casos para rentar una mesa, porque llevaban alimentos y bebidas.

“Fue si no la peor semana santa en general, se acercó mucho, vino turismo pero el de billete le dio para Guerrero”, se anotó.

Pánfila Beltrán, cocinera tradicional y enramadera de Playa Jardín, afirmó que la poca ganancia se quedó entre empleados de temporada y en algunos compañeros ni el mueble que rentaron alcanzaron a pagar.

Héctor Manuel Magaña, también prestador de servicios, en este caso en Playa Azul, dijo que ni el 50 por ciento de otras temporadas estuvo la derrama económica, porque en su conjunto se recibió turismo que traía sus alimentos.

Lo poco que la temporada derramó se gastó ya, no permitirá sobrevivir la temporada que viene que es de las más difíciles, tratar de mantenerse de pie, ante embates de lluvias, marejadas, ventarrones y los efectos del mar de fondo que “parece pasar lista cada verano desde hace siete años”, anotó Pánfila.

En general, los reunidos sostuvieron que las vacaciones de semana santa no fueron productivas para ellos, porque la gente llegó con latas, la torta, su pollo asado o pizza.

Una vez que pasen las lluvias, asentaron, volverán a armar negocios, rescatar la madera y mobiliario que el bravo mar no les haya quitado, porque así han aprendido a sobreponerse, aunque haya algunos que sin saber cómo les va, creen que un lleno es derrama.

“Hablar de nuestro sector sin saber cómo nos mantenemos de pie, hablar de lo que no les consta, no se vale; si no ayudas no chingues”, selló Magaña en alusión a la declaración de que había sido buena temporada.