Mujeres de hoy: Alcohólicas, drogadictas

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Por Ernesto Salayandía García

¿Ha batallado mucho con alguien en especial?

Esta pregunta me la formuló una pequeña jovencita durante una plática que di en una primaria.- Sabes?, me dijo, mi abuelo no puede o no quiere dejar de beber.- Tengo la triste experiencia de haber tratado de ayudar a muchas personas, de todas las edades, sexos, posiciones económicas, y no se han puesto las pilas, quieren seguir siendo mediocres, dañando su cuerpo y dañando a sus seres queridos, la obsesión por tomar no los abandona, sufren de una compulsión enorme que ni sustanciándose logran calmarse; por supuesto le dije, hay muchos que se han traicionado a sí mismos, ya perdieron el trabajo, los corrieron de la escuela, han tenido serios problemas en sus casas, viven solos, divorciados o separados, decaídos, apagados, y cobardemente refugiados en el alcohol y las drogas, creen que la vida va a ser así de fácil todo el tiempo, creen que las personas que viven a su alrededor, padres, esposas o hijos, van a soportar ese ritmo inútil y mediocre de vivir, tú, le dije a esta niña, les demuestras que pueden vivir libres de sustancias tóxicas, los mantienen limpios tres, cuatro o más meses y a las primeras de cambio, rompen con su pactos, en un corto impulso se prenden de la botella, de la marihuana o de cualquier toxina y un borracho como yo, está lleno de pretextos, de justificaciones para ser un enano emocional, un verdadero cobarde que no tiene amor propio, ni ganas de vivir, mucho menos voluntad.- Vete a drogar al cerro, vete a emborrachar lejos de tu casa, con qué derecho te emborrachas en la casa de tus papás o de tu familia, con qué derecho te drogas?. La pequeña niña lloró, se levantó de su banca y me abrazó.- Yo no quiero ser como mi abuelo, ni como mi papá que se droga con marihuana.- Yo no quiero, me dijo con lágrimas en sus ojos.- Por eso vengo a tu escuela, a prevenirte de este infierno.

El alcohol y las mujeres

Por muchos años, pensábamos que el alcoholismo era exclusivo de los hombres, nos acostumbramos a ver al borracho tirado en las banquetas, orinado, apestoso, todo sucio, vimos al macho típico mexicano, golpeando hijos y mujeres, el tipo celoso, nefasto como yo, vimos al mexicano en las películas y esa imagen se arraigó en el mundo, pocas veces vimos a la mujer borracha, como que no había cultura en las cantinas, y era muy extraño cuando una dama entraba a un lugar propio de hombres; hoy en día, estos lugares están llenos de mujeres, igual empinan el codo al ritmo del varón, se ponen como arañas fumigadas, lloran, hacen sus panchos, se hacen pipi y a veces popo sin darse cuenta, se quedan tiradas con las medias rotas en las banquetas, cual vil teporocha, si en un hombre es todo un espectáculo desagradable, en una mujer es indignante verlas vomitar, todas embarradas de su vómito, por supuesto que todo el mundo les falta al respeto, el desfiguro, ensañando más de la cuenta, teniendo sexo en los autos delante de todos, o en los baños públicos como cualquier prostituta, pierden su imagen y decae su personalidad, hay mujeres que aguantan tomando más que un hombre, pero igual, el alcohol las tumba, más aun que le combinan con cocaína, cristal, marihuana, pastillas y cualquier otra porquería; por desgracia los índices de mujeres alcohólicas es altísimo, no sé cómo andará el asunto en Canadá o Estados Unidos, pero en México, vamos como el cangrejo, la niña, joven, adulta borracha, drogadicta es por desgracia, algo muy común en la actualidad.

Niñez hundida, mujeres perdidas

No existe voluntad política, ni visión, ni análisis de esta cruda realidad, no vemos a ninguna dependencia federal, estatal o municipal que se aboque a la prevención del alcoholismo, drogadicción, prostitución infantil, trastornos alimenticios y otros daños en los niños; las mujercitas están desbordadas en la pasión del libertinaje, en alcoholizarse y drogarse a todos los niveles, claro que hay alcohólicas, drogadictas, sexo activas funcionales, que trabajan, que estudian y en apariencia llevan una vida normal, sin problemas, léase entre comillas, pero los fines de semana, muchas veces comienzan desde jueves, éstas damitas salen a comprar cantidades industriales de cerveza y licor, a fumar marihuana hasta el cansancio y a consumir cristal, inhalantes, tachas e infinidad de drogas que se ligan perfectamente con el sexo, y éstas niñas, de la noche a la mañana, menores de 17 años, salen con su domingo 7, se hacen adictas y no pueden dejar de consumir, sus padres, las internan en un centro de rehabilitación, cuando salen, el mismo día, se revientan y vuelven a las andanzas del alto consumo de drogas, la mujer de ahora es un consumidor en potencia de sustancias, y ha superado al hombre en muchos sentidos, por ejemplo, de cada diez infractores de vialidad, en estado de ebriedad, seis son mujeres, y el hembrismo contrario al machismo, también ha crecido enormemente, acreditando que la mujer se vuelve cada vez más violenta. Hoy en día, la mujer se está convirtiendo en más consumidora que el hombre, fuma más, se droga más y se alcoholiza más, y se hace más adicta al sexo y a las relaciones destructivas, por demás enfermiza Pero por qué se alcoholiza la mujer?

Simplemente por mediocre, por autoestima baja, porque tiene la enfermedad del alcoholismo en sus genes, igual por contaminación en su familia; la alcohólica, la drogadicta, está llena de pretextos, pretextos porque el novio le puso el cuerno o la mando a freír espárragos, porque está flaca, porque está gorda, porque nadie la quiere, porque no encuentra trabajo, o fracasó en un negocio, en fin, por tantos pretextos estériles, cuando la verdad de las cosas, se droga y se emborracha por su vacío espiritual, por las heridas del alma que no ha sanado ni trascendido, pierde la dignidad, porque es libertina, irresponsable y está enferma de sus emociones, llena de soberbia, de defectos de carácter y patrones de conducta, que en suma, muchas veces, la convierte en mujer fácil, acostándose con uno y con otro, revolcándose como cualquier prostituta, perdiendo su imagen, su dignidad, y lo más sagrado de la esencia de una mujer, su autoestima; problemas los tenemos todos y cuando surgen consecuencias, difícilmente te puedes controlar, no hay quien pueda manejar las emociones, cuando ya el alcohol y las drogas gobiernan tu vida, lo mejor es no beber, lo mejor es hacer a un lado la droga y cuidar las formas, hay mujeres que no pueden beber ni una gota de alcohol, ni una pizcachita de cocaína o cualquier otra droga, debido a que no va a poder detenerse.

Enfermedad del alcoholismo y drogadicción

Peor que cualquier enfermedad, desbastadora, cruel, sutil, triste, es una enfermedad mental, física, emocional, espiritual y de personalidad, es burlona, contagiosa, propia de gente mediocre; a mí en lo personal, el alcohol y las drogas, me robaron el sano juicio, me volví loco, caí en depresión, me invadieron unos celos enfermizos, una celotipia infernal, como se titula uno de mis libros, perdí como consecuencia, a mi familia, me corrieron de mi trabajo, me quedé sin dinero, perdí salud mental, física, emocional y espiritual, quedé en banca rota, sin dientes, todo flaco, los ojos amarillos, la piel color café cenizo, ojeroso, secuestrado por mi pensamiento alcohólico, obsesivo y nefasto; mi adicción se inició a los doce años, fue creciendo y creciendo, al final me empinaba una botella diaria de vodka, me chutaba de diez a quince pases de cocaína al día, me inyectaba tres miligramos de morfina en la noche, me fumaba hasta tres cajetillas diarias de cigarros, dormía de día y me drogaba de noche, vivía para drogarme y me drogaba para vivir, vivo de milagro, solo por la gracia de Dios.

Las nuevas ADICCIONES

¿Qué es una adicción?

Es una compulsión, reacción o acción que no puedes evitar, no puedes controlar el corto impulso, hay de adicciones a adicciones, en cierta manera todo el mundo, tenemos diferentes tipos de adiciones o dependencias, pero la mayoría de las personas, no acepta tener esta tendencia o reconocer que es un enfermo emocional, que ha sido en ese juego de la ansiedad, la compulsión, quiere decir, que el problema de alcohol y drogas, no es tan fuerte, en comparación con las emociones, como los patrones de conducta, los apegos y los defectos de carácter, hay, quienes sufren y no saben por qué, se sienten en el abismo, la soledad los atrapa, se hunden en depresión, no saben la causa ni el origen, una adicción, tiene que ver con las emociones y son, todas, progresivas, incurables, contagiosas, burlonas, crueles, de por vida, por supuesto que un adicto cambia en muchos sentidos, en otros se queda estacionado, haciendo las mismas cosas, esperando resultados diferentes, un adicto, por ejemplo, al juego, a los casinos, liga otras adicciones, en complemento como el alcohol, las drogas, la adicción a mentir, a justificarse, se hace adicto a la pereza, al conformismo, a defraudar a medio mundo, el robar, el defraudar es una adicción, que muchos tienen esta dificultad emocional envuelta en corrupción y ausencia de amor a México.