Fui de todo y sin medida

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Por Ernesto Salayandía Garcia

Oídos sordos

Han pasado algunos años y continuo con mis visitas a los centros de rehabilitación, anexos para alcohólicos y adictos, me gusta ir a compartir, desarrollar temas, escucharlos y a aprender de ellos, disfruto de cada junta,  me permite trabajar en mí, dar un servicio e invitar a jóvenes que vienen a tomar el tratamiento ambulatorio, que buscan la libertad, dejar de sufrir y cambiar para bien, esta mañana, la del sábado pasado, no fue la excepción, llegamos temprano, era la hora del baño, había más de 30 internos, muchas caras conocidas, vi,  algunos jóvenes, que conocí de niños cuando estaban internados en un anexos, para menores, más de 6, ahora con más de ir internamientos, se hacen viejos, de un  anexo a otro, salude a dos compañeros que conocí en el CERESO Varonil, en el grupo Vértice cuando iba a compartir con los internos, muchos mas, de años atrás, igual, recaídos, atrapados sin salida por está maldita enfermedad, caídos, tristes, pero con la esperanza, de salir del hoyo, con fe de que este  proceso sea el definitivo, comencé la reunión improvisada, hablando de mí, recordando, mi pasado, mis consecuencias, mis fondos de sufrimiento, recordé el hecho de que yo no podía parar, mi ansiedad era muy grande, me fumaban cerca de tres cajetillas al día de cigarros, me tomaba una botella diaria de vodka, me inyectaba tres miligramos en la mañana, tres miligramos al medio día y tres miligramos  de morfina sintética en la noche, sufría para conseguir el medicamento controlado, andaba de farmacia en farmacia, lleno de desesperación en busca de la sustancia toxica para arponearme la nalga, me atascaba de pastillas antidepresivas, las consumí de todas las marcas e impactos, me hice fármaco dependiente, inahalaba de diez a 15 pases de cocaína al dia,  recordé el dolor que le cause a mi madre a mi esposa, del daño que me cause y le cause a muchas personas, hable de mis perdidas, de como perdí el sano juicio y me volví loco, perdí, les dije,- a mi esposa, se hartó de mí, perdí dinero, casas, terrenos, salud, perdí la fortaleza de mis huesos, me quedé sin dientes, la cocaína me descalcifico, perdí valioso tiempo, mi imagen y mi trabajo, me corrieron por irresponsable, vivo de milagro, llegue a pesar menos de 50 kilos, me denigre a mí mismo y les comente, que algunos niños en las escuelas donde voy a dar el mensaje, algunos, me preguntan, el por qué fumaba, el por qué me emborrachaba y  por qué me importara un bledo, el por qué me drogaba, les respondo, simplemente,. No me quería.-

Estoy a la misma distancia que cualquiera

Soy un enfermo emocional, alcohólico, adicto, maniaco depresivo, neurótico, celoso empedernido, soy compulsivo, ansioso, hipersensible, soy víctima, de esta perra, maldita enfermedad del alma que me arruino mi vida, no podía levantarme por sí solo, recaí y recaí, una y otra vez, no podía dejar de consumir, después de una santa guarapeta, de tres o cinco días de alto consumo de cocaína en cantidades industriales de fumar como chacuaco, de beber y beber vodka, además de inyectarme una y otra vez, también de intoxicarme con pastillas, decía, juraba y procuraba.- No vuelvo a tomar.- Juro por Dios que no vuelvo a tomar, recuerdo, que después de algunos días que dejaba de consumir, inhalaba un pase del polvo y lloraba, lloraba porque sabía que no iba a poder parar, estaba, sin duda, muerto en vida, atrapado sin salida, yo no podía, no quería levantarme, bastaba un klamato, una cervecita, un pasecito para curármela y me volvía a prender, la gran mayoría me atascaba en mi casa, de buro y las noches eran interminables, muy largas, los días muy cortos, las mañanas, no suficientes, no me recuperaba, aunque durmiera días enteros, mi cuerpo estaba sin energía, sin vida, desnutrido, anémico, la maldita droga me tumbaba y hablando de mí, la junta con los adictos, internos y acompañantes,  cobra sentido, no me gusta dar la clase, ni apadrinar en la tribuna, hablo para mí y regalo mi torpe experiencia.

La esposa de un alcohólico

Un mediocre negado como yo, no fe a ese nefasto macho mexicano, típico, común y corriente, que tiene la costumbre de tratar con la punta del pie a su esposa, a su propia madre, yo no veía, al soberbio qué devaluaba, hostigaba, comparaba, denigraba, insultaba, la golpeaba y abusaba de ella todos los sentidos, le hice daño hasta el cansancio con mis celos absurdos en las bodas igual, en fiestas de quince años, no permitía que ella comiera su plato, yo no paraba de hablar, de agredirla cuando ibas a cenar a algún lado, mis insultos e insinuaciones, mi celos patológicos, enfermizos, psicóticos, neuróticos, no cesaban, no importaban sus lágrimas, no importaba que el rímel se le derramara en su rostro, era mi estilo, mi rutina, arruinarle la vida y lo logre, hasta que un mal día, drogado, alcoholizado, trate de matarla, la golpeé en su cara, en su boca y marque fuertemente mis dedos en su cuello.- Ese soy yo.- Nefasto, mediocre, un drogadicto irresponsable, negado, soberbio, que no aceptaba ayuda, ni sugerencias, fueron los fondos y las propias consecuencias que me orillaron a derrotarme, recuerdo, en Oceánica, un interno, se fugó de la clínica, después de que por poco mata a golpes a su mujer en la visita familiar, me dije a mi mismo.- Yo,. Nunca voy a golpear a mi esposa.- Todo lo que yo dije.- No lo voy a hacer, lo hice a través de los años, supere las expectativas y se, que muchos que leen estos textos, han dicho.- Yo no estoy tan loco.- Yo no voy a hacer como Ernesto.- Dicen.- Yo, puro alcohol.- Y lo que les digo.- Tiempo al tiempo, este mal, se complica con los años y no he visto, a nadie que le gane, no basta con tapar la botella, es más complejo que ello, hay que trabajar, juicios y actitudes, es el juego de Juan Pirulero, que cada quien atienda su juego.- Es un cáncer progresivo, muy agresivo.-

En la casa del jabonero, el que no cae, resbala

Nunca hay que decir de esta agua no he de beber, tuve un compañero, en AA, San Agustin, Polanco CDMX,  que se sentía, hecho a mano, caminaba en el salón, como pavorreal, sus tribunas eran tan huecas como un carrizo de bambú, por supuesto, su relación de pareja era pésima, el, era extremadamente prepotente, por demás mamón, pedante y la esposa, le regalo sus zapatillas y lo mando a la casa de la tía de las muchachas, cuando se quedó solo, el fondo no le sirvió de nada, siguió con sus conductas y actitudes toxicas, haciéndole  caso un  breve texto de la literatura, que dice.- Para ser miembro de Alcohólicos Anónimos, el único requisito es dejar de beber.- En este tiempo, he visto tantos casos, que he aprendido a trabajar en mí, simplemente por qué no quiero ser el mismo mediocre que fui, no deseo repetir mis patrones de conducta, mis consumos toxico, me volvieron loco, por poco y muero, hoy no, solo por hoy, hago el mayor de mis esfuerzos por bajar la ansiedad, por erradica mis defectos de carácter, por dejar a un lado, mis o patrones de conductas, por entregarme en cuerpo y alma a mi recuperación, por  ello, escribo semana a semana mi columna de tres cuartillas y media, por ello,  voy a competir a las escuelas, anexos, CERESOS, centro de trabajo y grupo de auto ayuda, por ello, trabajo como si fuera mi primer día de mi programa de recuperación, como si fuera mi último día, fui, como dice la canción.- De todo y sin medida.- Tuve mis pérdidas y mis consecuencias, para mí, suficientes, hoy sufro los estragos de mi vida ingobernable, tengo un cuerpo severamente dañado, soy hipertenso, diabético, con un intenso y permanente dolor de huesos y músculos, sin dientes, pero aun así, lucho por mi recuperación y le pongo acción.-

¿Juntas y juntas y que juntas?

Tengo algunas horas de vuelo en la onda grupera, de repente, me dan tema y me invitan a compartir a grupos de AA, de NA, de Alanon, de Familias Animas y de Guerreros, voy con gusto a regalar mi propia experiencia, no me las doy de muy cuco, recuerdo de dónde vengo y cómo la he vivido, como viví, por ejemplo mi borrachera seca, que es sinónimo, para mí, de soledad, frustración, culpa, vida  reprimida y te sientes de la patada, que no te calienta ni él solo, hay un gran hueco, un vacío muy profundo adentro de ti, no te hayas por ningún lado y son días grises, a veces negros tormentosos y que nunca se van a terminar.- Son ganas de consumir me decía mi padrino Alma grande.-  Mejor vete a drogar. Me gritaba mi mujer a cada rato…- Eras más soportable cuando te drogabas a ahora que no sales de los grupos de AA.- Yo me sentía muy mal, mis emociones a flor de piel, neurótico, explosivo, intocable, con pésima comunicación conmigo mismo y con conductas toxicas, llenas  de soberbia, y ahora lo sé, mi cuerpo, mi mente, mi ser pedía a gritos sustancia, un cigarro, un vaso de vodka, y una cerveza, un pase de cocaína, un par de tafiles y una arponeada en la nalga de morfina sintética, a eso acostumbré a mi cuerpo, a mal comer, a mal dormir, a mal vivir y en ese corto espacio de abstinencia, mi ansiedad se manifestaba a través de mi neurosis, hoy, lo sé, yo lo viví y comencé  a dar el mensaje  de vida a mis compañeros adictos.- Gracias por leerme y más por escribirme ernestosalayandia@gmail.com  614 256 85 20 https://www.youtube.com/watch?v=wlgY4C38C5U