¡Abrazos, no balazos!

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Por Ernesto Salayandía García

Cruda y triste realidad

Violencia  no cede; suman 11 mil 595 asesinatos en cuatro meses de 2021

Todos los días son asesinadas 97 personas en promedio, al menos 10 de ellas mujeres. Los años del actual gobierno son los más violentos de los que haya registro. Además, crecieron las víctimas de delitos sexuales, trata y lesiones dolosas. En los primeros cuatro meses de este año, 11 mil 595 personas perdieron la vida víctimas de un homicidio doloso o un feminicidio. Se trata, en promedio, de casi 97 hombres y mujeres asesinadas todos los días en el país. Esta cifra de asesinatos en el primer cuatrimestre de 2021 es solo un 3% inferior a la reportada en el mismo periodo del año pasado y es prácticamente igual a la de 2019.

Los tres primeros años del actual sexenio son los más violentos de los que haya registro en México. Además, hay 372 víctimas cuyo sexo no fue identificado dado que se trata de personas encontradas en fosas clandestinas. De las 1 mil 251 mujeres asesinadas, 318 casos que equivalen al 25% fueron reconocidos como posibles feminicidios, es decir, un asesinato de una mujer por razón de género.  En promedio, entre 10 y 11 mujeres son asesinadas todos los días en 2021, lo que representa el segundo promedio más alto para los cuatro primeros meses de un año, solo por detrás de lo registrado en el primer cuatrimestre de 2020.

La inseguridad gobierna el territorio nacional

Robos a casa habitación, robos de autos, asaltos a mano armada, secuestros, extorsiones, personas desaparecidas, tramos de carreteras y caminos en poder del crimen organizado, comunidades secuestradas, humilladas, ridiculizadas por grupos armados, por supuesto, feminicidios al por mayor y toda una gama de hechos delictivos son los que tienen a México  hundido ante la inseguridad, con una Guardia Nacional, un Ejército, una Marina y corporaciones policiacas que de nada sirven ante una crisis aguda, ascendente y cruda que extermina la vida de seres inocentes y lesiona a cientos de miles de familias, impotentes ante la furia de este monstruo de 7 cabezas que crece día y a día y se fortalece, el río de sangre no cesa, su caudal ruge por todos lados y se pretende secar con declaraciones oficiales o triunfalistas, que no son más que mentiras de la triste situación que vive México.- Yo tengo otros datos.-

¿Se acabará algún día la inseguridad en México?

Estaba Dios platicando con los presidentes de Estados Unidos, el de Cuba y México. Joe Biden le preguntó al Creador que cuando sería el mundo completamente capitalista, Dios respondió: – En unos 600 años.- Biden lloró ante la respuesta de Dios, mientras que Raúl Castro, le preguntó: Dios, ¿cuándo será el mundo totalmente comunista? Dios contestó: – En mil 500 años.- Raúl Castro se soltó llorando.- En su turno, López Obrador, preguntó: – Amo y Señor del Universo ¿cuándo se va a acabar la inseguridad  y la corrupción en México? Dios se soltó llorando.

Anoche, mi hijo Chan me preguntó que si algún día iba a terminar la inseguridad en el país, no me solté llorando, pero me permitió reflexionar en mi respuesta y manera de pensar, estamos viviendo una de las peores crisis emocionales jamás vividas en la historia del país, estos dos cánceres han desintegrado a la sociedad, están perfectamente ensamblados, inseguridad y corrupción, el origen de la decadencia nace y crece en las familias, propiamente son los hogares disfuncionales la fábrica de drogadictos, sicarios, delincuentes, corruptos y ciudadanos mal nacidos. Este es un pantano de arenas movedizas, un callejón sin salida, interminable, más aun, ante la ineptitud y pésimas decisiones del Presidente de la República.

La Guardia Nacional, un barril sin fondo, un elefante blanco

En 2021, la administración de Andrés Manuel López Obrador prevé dar un presupuesto de 35 mil 671 millones 578 mil 458 pesos a la Guardia Nacional. ¿En qué se gasta ese mundo de dinero?  Según datos proporcionados por el mismo Presidente, operarán en el país cien mil elementos, en promedio, cada soldado recibe un sueldo mensual de $19.000.00, más gastos diarios en gasolina, hospedaje, alimentos, gastos de oficina y de operaciones, uniformes, armamento, sistemas de comunicación, capacitación y entre otros gastos más. La construcción de cuarteles con dormitorios, comedores, cocinas, baños, instalaciones deportivas y oficinas, mantenimiento de unidades, adquisición de patrullas y transporte, en general, una erogación enorme, una gran cantidad de dinero innecesario ante la inseguridad que prevalece en todo el territorio nacional, un fuerte gasto sin control, no hay licitaciones y el dinero se gasta espléndidamente, mientras que comunidades de tierra caliente de Michoacán y Guerrero, son gobernadas por grupos de delincuentes, igualmente están en jaque ciudades como Reynosa, Irapuato, Juárez, Tuxtla Gutiérrez, Veracruz, solo por citar algunas, y diariamente mueren ciudadanos inocentes y entonces de qué sirve tanto dinero para la Guardia Nacional, si la inseguridad está desbordada y estamos en manos de asesinos, mal llamados del crimen organizados cuando son y deben ser nombrados como terroristas.

Criminales fuertemente armados

Se ha confirmado que estos grupos poseen armamento más moderno y poderoso que el mismo Ejército Mexicano, las armas vienen de la Unión Americana, necesariamente pasan por las aduanas portuarias, territoriales y aduanas  aeroportuarias, por ahí ingresaron de contrabando e ingresan diariamente. La corrupción de las aduanas lo permite, son sobornadas, compradas para que se hagan de la vista gorda y los carteles, los criminales y terroristas son grupos que tienen mucho dinero a base del narcotráfico, la extorsión, prostitución, robos, tráfico de seres y órganos humanos, el dinero lo usan para fortalecer sus redes y matar, hacer daño a sus mismos enemigos y a seres inocentes, han crecido como la hierba en los pantanos, sin duda se atacan de la risa al escuchar la ridícula frase del Presidente: “Abrazos, no balazos”, más cuando asesinan a niños, amas de casa y ciudadanos en las calles por el simple hecho de demostrar su poderío.

Por si fuera poco a esta crisis

Hay que agregar la violencia doméstica, los abusos sexuales, los robos en todas sus características, la cascada de corrupción por donde quiera, el tráfico de influencias y todos los actos que se cometen fuera de la legalidad, todo ello, nos acreditan como una sociedad en decadencia, sumando la desintegración familiar, matrimonios en conflicto, la ausencia de valores en todos, la deformación del lenguaje y el nulo respeto, en consecuencia, los altos niveles de alcoholismo, drogadicción, farmacodependencia, los suicidios al por mayor,  como la depresión y otras manifestaciones emocionales como los trastornos alimenticios nos ubican perfectamente como un país enfermo de sus emociones. El problema es mayúsculo y los daños múltiples y severos, la deshonestidad prevalece en todos los sectores, el robo hormiga, por ejemplo, hay rateros a todos los niveles y en todos lados, el tranza avanza, parece ser el camino cómodo y fácil de muchos, la deshonestidad es el picaporte de toda la descomposición que arrastramos y en su suma, todo ello, el origen de la inseguridad social y de la corrupción, estos males nacen y se hacen en los hogares disfuncionales.-

Las conductas tóxicas del mexicano

Somos impuntuales, llegamos tarde todo el tiempo y a todos lados, nos justificamos con mil mentiras, la mayoría, hablamos con groserías y vulgaridades, no le tenemos respeto a la palabra, ni a nosotros mismos, corrompemos, preferimos dar la tradicional mordida que ir a pagar una multa por la infracción cometida, carecemos de orden, no tenemos el hábito de vivir la vida con orden, improvisamos constantemente, no existe en muchos de nosotros la cultura del ahorro, no fomentamos una inteligencia financiera, así como ganamos el dinero, lo gastamos, como si el dinero nos quemara las manos; predomina la pereza, el conformismo, la falta de identidad nacional, el amor a la patria, no predicamos con el ejemplo para los niños, fumamos, nos embriagamos y nos peleamos delante de ellos, les damos cátedra de neurosis, cada día nos alejamos de la familia, nos aferramos a un mundo material y egoísta, no nos capacitamos para ser padres, ni fomentamos una cultura de prevención de las adicciones y de las tendencias a las conductas tóxicas, nuestros hijos saben más de divorcios que lo que en verdad es un matrimonio, a ellos, desde recién nacidos los acostumbramos a las nanas electrónicas, a la televisión, los video juegos y el primer regalo que les dimos fue un celular y nos llenaba de gusto verlos todo el día prendidos del aparato, sin tener cuidado de los contenidos que consumían, descuidamos a estas criaturas, los empinamos a ese mar de corrupción y de descomposición social, les dimos armas de juguetes, fomentamos la violencia, aplaudimos las mentiras, las rebeldías y berrinches, hicimos niños, caime mal con una clara predisposición al alcoholismo y  las drogas.