* Culpó al síndico Manuel Esquivel Bejarano de propiciar su salida como asesor de la alcaldesa.
Por Francisco Rivera Cruz
Platón Orozco, ex asesor municipal, señaló “Me sentí defraudado por la alcaldesa”, sin embargo, agradeció mucho a la misma, María Itzé Camacho, por la oportunidad de servir a la sociedad lazarocardenense.
Durante charla en el Noticiario Gente del Balsas, dijo sentirse bien y que tiene comprobado que si una puerta se cierra otra más grande se abre, así que si algo lamentará es tal vez no haber tenido respuesta y la atención que de él esperara algún ciudadano.
Narró y confirmó lo que aquí adelantamos, que al parecer por haber asistido a la posada que organizó el ex diputado y ex alcalde Arquímides Oseguera y su esposa la ex diputada Nalleli Pedraza, fue dado de baja, y que en ello habría tenido que ver el síndico Manuel Esquivel Bejarano.
Compartió que la alcaldesa María Itzé le ofreció colocarlo como administrador de la Jurisdicción Sanitaria, y mientras le confió el cargo de asesor, donde “a lo mejor no a todos di solución, pero puse esfuerzo y atención a cada petición”.
Señaló que en cuatro meses de asesor, si tres veces estuvo en la oficina de la alcaldesa “fue mucho”, porque sus tareas las cubrió con uso de WhatSapp, y de hecho, habló con la alcaldesa que no haría ni barba, ni estorbo en los pasillos.
Respecto a que se le señala ser berrinchuda a la alcaldesa morenista, dijo no poder opinar y “respeto sus decisiones”, aunque admitió sospechar que las disposiciones vienen del síndico municipal, quien “tira la piedra y esconde la mano”.
Respecto a haber aceptado la invitación que personalmente le hizo Arquímides y sabiendo que vendría Juan Pablo Celis, coordinador territorial en Michoacán de Morena, dijo que no vio problema, en principio porque eran día y horario inhábiles y porque el ex diputado es uno de los activos de Morena.
“Me tocó bailar con la más fea”, dijo recordando que fue a la presentación de la Sonora Dinamita. Si la represalia deriva de que Oseguera ganó la jefatura de tenencia de Las Guacamayas al candidato de la alcaldesa, “ese no es asunto mío”, expresó Orozco Luviano, quien para propios y extraños era considerado “cercano” a la presidente municipal.
“No sé si tengan problemas políticos, si los tienen son de ellos, no me meto en cosas que no”, asentó para luego exponer que en su caso, “mi trabajo es uno, mis amistades son otra cosa”.
Entre los cargos que ocupó en la administración pública local está haber dirigido Aseo Público, donde dijo que al hallar un parque vehicular deteriorado, propuso un jefe de mecánicos para el taller mecánico que respondiera a las necesidades, pero además, con esfuerzos y recursos propios tuvo un mecánico y un eléctrico para revisar condiciones al inicio de cada jornada laboral.
Fue complicado, confesó, porque cada día tenía tres carros en el taller, pero con el plan logró que 100 quejas por el servicio de recolección de basura pasara el número a sólo 3, incluso le reconocieron en cabildo, y “es satisfacción que me llevo”.
Citó que recientemente había comentado con el contralor que había queja de funcionarios por las formas que se lleva la administración por decisiones del síndico, con lo que se había percatado que “el malo no soy yo”.
Por lo que se sintió defraudado de la presidente, comentó es porque le incumplió la promesa de colocarlo en un cargo del gobierno estatal, pero se dijo agradecido por las oportunidades que me dio, y respecto a diferencias, marcó que “hasta en las mejores familias pasan”.
Por lo pronto, y luego que el lunes le notificaron su baja indicando que el viernes posiblemente esté su finiquito, deseó que así sea y no pase lo que se ha dicho ha ocurrido a otros, que no solo no les pagan sino los traen a vueltas, “lo cual no me consta”.
