Por Francisco Rivera Cruz
En la región costa-sierra de Michoacán, el municipio con más casos de lepra es Lázaro Cárdenas, aunque el año pasado Tumbiscatío era considerado foco rojo en base a la tasa de incidencia, que estimó casos totales por municipio por cada 10 mil habitantes, indicó el Dr. Juan Carlos Magaña, Jefe de la Jurisdicción Sanitaria local.
Lo anterior, luego de que bajo el lema “Sin estigma ni discriminación, llevemos a la lepra a su eliminación”, se llevan acciones de detección y tratamiento de la mencionada enfermedad, porque el 29 de enero fue el Día Mundial contra la Lepra.
El médico dijo que en base al número total de la población del municipio de Tumbiscatío, se le etiquetó como foco rojo, pero ya terminaron tratamiento los pacientes detectados.
Al hablar de los tratamientos en curso, indicó que solo hay un caso, mientras siete personas lo han terminado.
Sin señalar los números en Lázaro Cárdenas, dijo que es el municipio con más pacientes acumulados, y manifestó que uno fue detectado el año pasado, mismo que continúa en tratamiento.
El Día Mundial contra la Lepra, se instituyó desde 1955 para cada último domingo de enero, en la idea de prevenir y concientizar a la población, que la enfermedad de la lepra es curable si se descubre a tiempo.
En el caso de Michoacán, la Secretaría de Salud ofrece además del estudio, el tratamiento sin costo alguno en los 364 centros de salud que hay en Michoacán, y que incluye a los de Lázaro Cárdenas, recordó Magaña Aguilar.
La lepra es una enfermedad causada por un microbio que afecta principalmente a los adultos mayores y que se puede detectar si se presentan manchas tenues o café-rojizas en cualquier parte del cuerpo que provocan la pérdida del vello y de sensibilidad.
Además, se pueden presentar erupciones en la piel (bolitas), que de no tratarse a tiempo pueden desencadenar ceguera, infecciones repetitivas en los ojos, pérdida de vello facial.
La prueba consiste en obtención de piel de la parte inferior de la oreja, que se manda analizar.
La conmemoración es respuesta a la propuesta hecha en 1954 por el periodista y filántropo Raoul Foullereau en París, tras una visita que hizo a Costa de Marfil a un leprosorio, y se enfoca a reducir el estigma de quienes padecen este padecimiento curable.
