Por Dra. Yazmín Arroyo
Mis estimadísimos lectores sean ustedes bienvenidos a esta mi columna, como siempre es un gusto escribirles en estos días en los cuales hemos andado de celebración en celebración.
Pues en esta semana se celebró el día del estudiante, que en lo personal me parece que más que celebrar se debe de conmemorar, el origen del mismo suele ser muy triste desde mi punto de vista, hablemos pues un poco de historia.
Este 23 de mayo se cumplió un aniversario más de la fecha histórica, cuya antigüedad lleva más de 100 años tras su autorización, esta efeméride nació del movimiento estudiantil que nació en las filas de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en 1929, época en que cientos de estudiantes se manifestaron en busca de la autonomía como parte de sus derechos como estudiantes.
Es en este momento cuando los alumnos comenzaron a organizarse dentro de una Federación, la cual organizó congresos con regularidad, y debido a ello, las autoridades universitarias aumentaron un año a la educación preparatoria, además de cambiar los exámenes profesionales en la Facultad de Derecho, lo que provocó inconformidad entre la comunidad estudiantil, por lo que se declaró la huelga el 9 de mayo.
El día 23 de mayo de 1929, los alumnos fueron agredidos brutalmente por elementos de la policía dentro de las instalaciones de la Escuela de Derecho, lo que desencadenó una serie de protestas y que más planteles se fueran a huelga, detalla el organismo al referirse a este evento.
El entonces jefe del Departamento del Distrito Federal José Manuel Puig Casauranc, se ofreció como intermediario en las negociaciones ante el Presidente y el 25 de mayo, aconsejo al Presidente Emilio Portes Gil conceder la autonomía universitaria, quien la otorgo el 29 de mayo de 1929.
Nunca hay que olvidar, que tenemos huellas históricas que cada celebración o conmemoración tiene un motivo, honremos pues a los que por eso perdieron la vida, exigiendo que se nos respeten nuestros derechos, recuerda mi querido amigo o amiga que la educación es un derecho universal y que todos sin excepción alguna tenemos derecho y no permitamos que los atropellen, por seguir intereses mezquinos de personas que se encuentra en la cúpula del poder.