Por Francisco Rivera Cruz
Un importante impacto del tabaco del que todavía no se conoce el precio que se está pagando y habrá de pagar por la humanidad, es el campo del medio ambiente, donde estudiantes del Instituto Tecnológico de Lázaro Cárdenas analizan las colillas.
Para el Comisionado estatal contra las Adicciones, Bruno Montesano Castellanos, hay un daño al medio ambiente por las tabacaleras, sin embargo no se trata de poner a la población en contra de esta industria, sino de que sea consciente de sus actos de consumo.
Entrevistado, dijo que en el Instituto Tecnológico de Lázaro Cárdenas hay estudio del impacto sobre la contaminación de los peces en aguas territoriales, donde llamó la atención al analizar el estómago encontrando colillas de cigarro en peces de determinado tamaño.
Este desperdicio no está entre los alimentos de ninguna especie, así que los peces lo degluten cuando comen otras cosas o pelean por comida entre ellos, precisa. Pone énfasis en señalar que se descubren temporalidades largas de este tipo de material, es decir se queda por más tiempo en el sistema digestivo del animal sin poder ser desechado.
Se aprecia un riesgo de otra magnitud, sin embargo, el estudio apenas corre, y cuando se apoye en tecnología para un análisis fino empezando en el aparato digestivo, se tendrán mejores valoraciones, explicó el también responsable de la Jefatura del Departamento de Modelos en Atención a la Prevención en Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud en Michoacán.
Lo que sí está probado, dijo es una muy significativa afectación y daño al medio ambiente por las cigarreras desde antes del proceso de elaboración de sus cigarrillos.
Y es que para cultivar el tabaco se realiza un desmonte que causa un daño ecológico significativo. En favor, las tabacaleras argumentan que no desperdician la madera, que si bien la usan en ahumado del tabaco, en ese proceso especial para que adquiera sus características el tabaco, contaminan la atmósfera con la quema de madera y el humo del tabaco.
Se está estudiando aun, pero las conclusiones actuales es que deriva una contaminación delicada, dijo Montesanos Castellanos, la cual se suma a la que se hace para sembrar y procesar tabaco, cuando con sustancias tóxicas se contaminan los mantos freáticos, máxime cuando el tabaco necesita de mucha agua.
Precisa el comisionado que no se trata de ir contra quienes fuman o contra tabacaleras, que en el caso de los fumadores, tienen derecho, pero su derecho termina donde empieza el derecho a la salud de los demás.
En medio de todo se intenta que exista nivel de comprensión y tolerancia de unos y otros, de los que no fuman a los que sí, y viceversa, selló.