Por Francisco Rivera Cruz
A que se tome la salud mental como prioridad, porque de nada sirve un buen cuerpo con ideas distorsionadas, sin soltar traumas y complejos de la infancia, de nada sirve estar bien física, económica y laboralmente, señala el psicoterapeuta Abel Basurto Ramírez.
Al hablar del suicidio y comportamiento suicida, comparte que esta complicación va en escalada, y la pandemia lo detonó.
Cuando hay un detonante hace mella, y compara la situación de una frágil casa que al no estar bien cimentada la derriba un huracán, “así es la salud mental, cuando no hay autoestima y cimentada aceptación de sí mismo, un evento externo nos puede llevar a fragmentar y no tomar las mejores decisiones”.
Hay signos, claro, no viene de la noche a la mañana la decisión de suicidio solo porque vino un evento, desde antes hay apatía por la vida, se deja de disfrutar lo que causaba gusto, se descuida el cuerpo, aseo y autocuidado, se va sin proyecto de vida y la esperanza disminuye, dice el especialista.
El egresado del Instituto Gestalt Región Occidente, recomienda no minimizar, creyendo que chantaje y va a pasar, recordando que no todos respondemos de igual manera a los retos de la vida.
Los signos de alerte se advierten y se necesita justamente preguntarle qué está pasando, señalar que ya no socializa, no sonríe, descuida el trabajo, “al abrir la comunicación, el otro puede abrir su corazón”.
No hay que juzgar, ni limitarse a un échale ganas, sino interrogar qué puedo hacer por ti, se trate de un amigo, compañero, máxime en un familiar.
Y si bien no todos somos terapeutas o psicólogos pero se advierte u observa, y en casos muy amorosos se le dice que se le ha sacado una cita con el especialista, que no debe ser opción, porque se le debe decir que hay que ver al profesional.
Cuando hay mucho cortisol, hormona que segrega nuestro cuerpo hay tres estados: ataco, huyo o me congelo, y es momento que entre la red de sostén: la familia, los amigos o la sociedad.
La psicología, refriere Basurto Ramírez, es mucho sentido común, hay que sostener para evitar una conducta suicida o no vaya en escalada. Invitar un café y charlar, puede ser como primeros auxilios, es como el paramédico que sin ser especialista toma tiempo para que se llegue al especialista.
Esa vía salva vidas, contrario a decir, veo coraje, irritación, porque se orilla a que vaya más rápido al suicidio, dice el recién egresado del doctorado en Educación.
Adentra que el potencial suicida encuentra problema en su estructura familiar, “si no hay un buen nicho, si no hay una buena red de sostén, no hay dónde refugiarse y empieza a coquetearle a la muerte, se empiezan a cortar, tomar pastillas, aislarse, dejar de comer, justamente esos son indicativos”.
Cualquier comportamiento fuera del común, debe atenderse inmediatamente, prender alerta, porque al rato no será suficiente el psicólogo, sino el psiquiatra y luego el lugar de este último profesional, el internamiento en un centro psiquiátrico.
El terapeuta con 22 años de experiencia, comunicó que después de la pandemia, el 99% de las consultas son por temas de ansiedad y por intentos de suicidio.
Sugiere que se busque ayuda profesional en lugar de ir a las redes sociales o plataformas porque confunden muchas veces, y luego se llega a creer va a morir, tiene eso, es problema bipolar, no es esquizofrenia y otras conclusiones, que pueden estar lejanas, porque solo era una depresión o ansiedad momentánea.
Aarón Bet, dijo Abel Basurto, creó escalas de ansiedad y depresión, con las cuales se puede evaluar, para llegar al tratamiento, que puede ser la respiración consciente, una actividad nueva, ejercicio y dialogar 20 minutos con las personas que representan cercanía, incluso a tomar sol porque ayuda a generar serotonina, un transmisor que eleva la felicidad.
Concluye insistiendo que se tome salud mental como prioridad, y en caso de ocupar asesoría en este campo, se acuda a Basurto Consultores o marque el número 7531200850.