* Maestros y director del turno matutino acuden al Noticiero de este diario, para hacer un llamado a padres de familia y a la SEE a no enredar más el conflicto.
Por Francisco Rivera Cruz
Gritos, descalificaciones, zafarranchos, citas ante autoridades municipales y educativas, presencia policíaca, marchas, golpes, acusaciones y toma de la escuela 12 de Octubre de la colonia La Orillita, es parte del conflicto que se vive y por el cual, desde octubre pasado unos doscientos alumnos están sin clases.
Una mesa de padres de familia, –que no cumplió requisitos– está ocasionando el desencuentro, por el cual violentan el derecho de los niños a la enseñanza y de maestros a su trabajo, es decir, violan la Constitución en sus artículos 3 y 123, se quejan los docentes Jonathan Limón Villanueva, Isidro Huerta Plancarte, Dorian Orozco Alonso y Enemorio Melchor Núñez Ceballos, de los cuales, el último es director del turno vespertino.
Madres que se erigieron fiscalizadores y han querido reemplazar a la autoridad educativa, dado que han querido decidir quién de los maestros entra y quién no a la escuela, además de mantener una campaña de desprestigio para quienes no les ofrecen respaldo o se mantienen neutros.
Aunque el conflicto lo empiezan cuestionando manejos de recursos públicos y de la cooperativa escolar, pronto lo llevaron a otros terrenos con el impulso de activistas ajenos a la escuela, y presionan a que las autoridades de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE) otorgue reconocimiento a la profesora Araceli López Suástegui, como directora de la escuela secuestrada.
Anotan, en un acercamiento al Diario Gente del Balsas, que en sus propósitos personales, desafortunadamente el pequeño grupo mantiene raptada la educación y como rehenes a los alumnos, incitando a marchas en apoyo a que la SEE nombre a Araceli y retire a maestros, donde se presiona a los padres de familia lista en mano, con la amenaza de dar de baja a los niños que no tengan participante en las manifestaciones.
Al grupo porril se le ha permitido enfrentar a la propia SEE que cuando propuso retirar a la docente Bertha Huerta Plancarte, directora del turno matutino, supuesto problema, para someterla a un proceso de investigación, se opusieron a la medida, a la vez que condicionaron la salida de maestros.
Como nadie debe estar por encima de la ley, se espera un resolutivo y que a la par se limpie el nombre de escuela y de maestros, porque de otra manera se perderá matrícula escolar, advirtieron.
Respecto a la supuesta agresión con bala, como consecuencia de la toma de la escuela, dicen que se trató de un mal montaje, ya que la supuesta herida, plenamente identificada, estaba al interior de la escuela, donde nunca detonó arma alguna, pero además la ambulancia arribó de inmediato, lo que quiere decir la llamaron antes de requerirla.
Señalaron que mientras los que han secuestrado la escuela se erigen autoridad con juicio de valor sobre quién entra y quién no, los trabajadores de la educación han buscado alternativas, como asistir a los alumnos desde un mecanismo electrónico y chat, como sucedió durante la pandemia. Incluso localizaron un lugar provisional –área verde al aire libre–, para dar clases, situación para la cual, solicitan garantías y que no los vayan a agredir.
Como prácticamente se está en las vacaciones de diciembre, los maestros esperan de la SEE un resolutivo para que se recupere la institución y las clases en enero próximo, y aunque el conflicto sitúa en foco rojo a la escuela de la zona de La Orillita, esperan que el área jurídica de la Secretaría de Educación intervenga por bien de alumnos que son quienes pierden en el conflicto.
