Advierten varios daños en los niños por abuso de dispositivos electrónicos

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Elías Galeana, procurador de fondos de Cultivando Futuros, programa de inversión social de ArcelorMittal habla de "Niños y pantallas. Conectados, a qué costo".

Por Francisco Rivera Cruz

En los últimos nativos digitales, que son quienes estudian primaria y han entrado a secundaria, se ha encontrado menor coeficiente intelectual que sus antecesores, prendiendo alarma en los sistemas de la educación, neurociencia y crianza, pues se está hablando de retroceso del intelecto humano.

Lo señala Elías Galeana Morales, procurador de fondos de Cultivando Futuros, programa de inversión social de ArcelorMittal, que en apego a su proyecto de impulso a la educación y salud integral de comunidades de este municipio, se ha propuesto ahora llevar una voz de alerta a padres y educadores.

El acceso a los dispositivos digitales, tienen un impacto en la salud física y emocional, además de la seguridad de todos, particularmente de los menores, anota el integrante de Consultoría Mesa Redonda.

La intercomunicación requiere razonamiento verbal y perceptivo, memoria operativa, velocidad de procesamiento, y son justo los estándares que miden el coeficiente intelectual, encontrando un retroceso en lo educativo, pero hay también en el impacto grave en el desarrollo emocional y de la personalidad.

Formamos parte de una sociedad digitalizada, que es un proceso imparable, sin embargo, es urgente encontrar un punto medio, porque las mediciones revelan que hay cada vez más frustración, enojo e intolerancia al fracaso en los niños.

Todos estamos demandando cada vez mayor inmediatez, más rápidas respuestas, pero a la vez, representa más alto el grado de descontrol de emociones, centralmente en las nuevas generaciones, advierte.

El mayor debe asumir su papel y trabajar el autocontrol y supervisión, ayudar a la gestión de las emociones de los hijos o pequeños a su cargo, nosotros aprendimos a desarrollar el control en la infancia con vivencias propias, con empatía y juegos.

Estamos atrofiado nuestro sistema de recompensa al dedicar mucho tiempo al dispositivo, acostumbrándonos al placer inmediato, por ejemplo cuando escroleamos en el celular, estamos viviendo una emoción sobre otra, sin tiempo incluso para que el cerebro procese lo que acaba de recibir, es dopamina sobre dopamina, anota Elías Galeana.

“Cómo saber si el pequeño ya es adicto al dispositivo, preguntaría cómo reacciona a una persona que le quitan lo que le causa vicio, cómo reacciona su niño cuando le quitan el celular, ahí se vería justo el nivel de adicción”.

¿Hay medidas de solución?, claro, que el adulto sea el adulto y asuma la responsabilidad, se cuestione qué le hizo falta cuando era niño: ¿cariño, acompañamiento, comprensión?, a lo mejor eso le está haciendo falta a su pequeño.

Establecer horarios específicos o rutinas con nivel de recompensa, programar actividades alternativas y preguntarse si el tiempo que se dedica al celular no puede ser de mayor utilidad haciendo dinámicas juntos.

Hay pretextos, como la tecnología no es lo mío. Si se sabe buscar canciones o recetas en YouTube, por qué no un tutorial sobre cómo establecer límites a nuestros hijos o sobre crianza efectiva.

Otro es, nadie me enseñó a ser papá. Tampoco sabían sumar cuando nacieron y han aprendido, como también a desarrollar habilidades para un trabajo u oficio. Hay que cuidar que lo que vean los niños sea de calidad sobre cantidad, que se haga uso de la tecnología y no que ella nos use.

Hoy hiperestimulamos a los niños y hasta cambios a la fisionomía se ocasionan: manos, columna y estrabismo son ejemplo. No enfocar los ojos al mismo punto era meramente hereditario, y resulta ahora del mucho super movimiento de luz y sonido al que se exponen.

Hay que hacer comunicación y monitoreo, no los vamos a sacar del mundo digital, pero hay que platicar con ellos sobre eso. No hay que olvidar que México es primer lugar mundial en pornografía infantil, primero en explotación sexual y trabajo infantil, muchos en estas áreas empiezan en internet no controlado, con interactuación en redes sociales con personas más grandes, en juegos y dinámicas con más mayores.

En esa ruta, se llega incluso al tema seguridad y rapto de niños, que no son supervisados. El adulto debe mantenerse informado de las actividades que el niño hace en el mundo del ciberespacio.

Lo comentado por Galeana Morales forma parte de un ciclo de charlas de Cultivando Futuros, que se acerca a escuelas de educación básica, donde el plan es cubrir a 21 planteles, aunque si es de interés de padres o centros escolares, pueden solicitar integrarse, esto en las redes sociales del programa o al teléfono 7535350075.