Necesario ver medio ambiente desde lo antropológico, espiritual y social: Activista

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Dr. Gerardo Andrés Herrera Pérez, incansable activista ambientalista.

Por Francisco Rivera Cruz

Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, el manejo sostenible de los bosques, combatir la desertificación, y detener y revertir la degradación de la tierra, así como detener la pérdida de biodiversidad, contempla la Agenda 2030.

Y así como se incumplió antes la meta del milenio, llegará el año 2030 sin que pase mayor cosa, y eso se puede adelantar porque el hombre sigue vacilando en poner la vida al centro, estimó el Dr. Gerardo Andrés Herrera Pérez.

El activista de los derechos humanos y derechos ambientales, comentó que en general a nuestra sociedad no le interesa informarse sobre el medio ambiente, en lo que invitaría a rehacer preguntas para ver si hubiera respuestas sobre hasta dónde hacen ciudadanos y empresas.

Es innegable que la mano del hombre está metida en las crisis que estamos viviendo, no solo la ambiental y social, sino también la subjetiva, educativa, de salud y sus cuestiones vinculadas, describió.

El ganador de la Presea Vasco de Quiroga y otros reconocimientos por su activismo al ámbito científico, humanístico y en derechos, dijo que la poca acción surge desde cómo enfrentamos las crisis que derivan de la ambiental. “No vemos su complejidad, cuando vemos crisis medioambiental lo reducimos a los elementos agua y aire”.

Tenemos que transitar de seguir pensando que somos biopsicosociales a pensar somo biopsicosocialesculturalescambientales, para dar sentido a lo que somos, porque cuando decimos naturaleza no la vemos siendo parte sino para nuestro uso.

A la naturaleza no la vemos con la unicidad, es decir desde la óptica de que los humanos necesitamos de aire, agua, productos de la naturaleza y luz, no vemos que se cruzan los elementos de la naturaleza con el ser humano, lo que revela que somos uno, la humanidad y la naturaleza, puntualizó.

“Cuando hablamos de medio ambiente estamos pensando de manera egocéntrica, debemos participar y poner al centro la vida, que alcanza igual a una planta, el humano y demás animales.

Prosigue Gerardo Andrés que el medio ambiente está viendo una crisis ambiental, social y subjetiva. Se requiere de un nuevo reposicionamiento metacognitivo porque el que afecta a su entorno es el hombre, no los animales o plantas, nosotros hacemos todo el deterioro, expone.

“Necesitamos una racionalidad no solo crítica sino ambiental. Debemos dejar de ser el centro, para desde ahí cuidar la vida a todos los seres vivos, cuidar el agua para cuidar la misma vida”.

Y las fallas ocurren a pesar de que hay tres estructuras sociales que deben cuidar el ambiente: las operativas (instituciones), el marco normativo (leyes) y los diseños de las políticas públicas, (los planes y programas).

Para Herrera Pérez, está faltando desarrollo de conciencia, no solo social, sino antropológica, y en esta preguntarse qué estoy haciendo por el medio ambiente, y, por ejemplo, sabiendo que no debo consumir agua en vasos de un solo uso, debo traer mi cilindro.

Otra falla es en la conciencia espiritual, y en esta entender que este mundo no es solo para mí, y entonces preguntarse qué estoy dejando para estas y las siguientes generaciones.

Hay cosas pequeñas para cuidar los recursos, el agua, la energía eléctrica, como los ahorros, y con un poco de racionalidad crear aprovechamiento de los espacios pequeños haciendo huertos o lugares verdes.