ECOS PARA LA POSTERIDAD

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Por Dra. Yazmín Arroyo

En vísperas de celebrar la Noche Buena y la Navidad, y lo que escribí hace un año ya, decidí que reflexionemos sobre este importante acontecimiento, para los que somos católicos, es una época de mucha alegría por el nacimiento del niño Jesús.

Pero hay una regla, que trato de seguir en mi vida para no tener problemas sobre mi manera de pensar y es precisamente no hablar ni de religión, ni política ni de futbol, volviendo al tema de la Navidad, quisiera que reflexionemos sobre esta celebración, más que comprarnos cosas, creo que deberíamos de pensar y reflexionar sobre nuestra vida, sobre la relación que llevamos con nuestros padres, con nuestros hijos, con nuestros familiares.

Empezar a perdonar aquello que nos hicieron y que nos causó daño, empezar a no cargar con los errores de otros, como dicen por ahí a aligerar nuestra carga, entender que el tiempo, la vida, las circunstancias, las causalidades ponen a cada uno en su lugar, que si fue injusto, porque en algún momento pensamos que no lo merecíamos.

Piensa por un momento que fue una prueba, para hacerte más fuerte, reflexiona sobre tu vida, que es lo que te gusta hacer, quieres aprender algo nuevo, meterte a un curso, seguir estudiando, seguir preparándote, hazlo, porque créeme cuando te digo, que algunas veces es mejor tener la mente ocupada.

Y de vez en cuando abrázate, demuéstrate que te quieres y que te amas, que eres lo mejor, de lo mejor, empieza a hablarte bonito a ti, y todo lo que te digas, créetelo de verdad, créetelo.

En esta semana escuché en la televisión a una chica, que hablaba sobre hacer algunos rituales en Navidad, y puse atención cuando dijo que ese día, tomáramos un pedazo de madera y en un papelito escribiéramos una intención y le amarramos con un hilo verde, y ese día lo prendiéramos cerca de una ventana, ella mencionó que este ritual se hace mucho, allá en países del medio oriente, ya que como sube mucho la temperatura y son lugares muy fríos, pues no hay gente en la calle así que cada familia lo hace en su casa y no salen.

Así que en cada casa y en cada ventana se logra ver esa luz que ilumina con todo su resplandor, y me quedé pensando, que tal si nos proponemos: ser esa luz, que nos propongamos ser mejores personas, cada día de nuestra vida, ayudar al otro sin esperar nada a cambio, agradecer por todo lo que tenemos y no envidiar al otro, tratar de hacer el bien común, no sacar provecho o aprovecharnos de los demás, es decir, hacer el bien sin mirar a quien.

No se piénsalo, y te deseo de todo corazón solo lo mejor, hoy y siempre.