Ganaderos en abandono, entre coyotaje e imposición de precios: Ignacio Águila

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Ignacio Águila Chacón, presidente de la Asociación Ganadera Local General Melchor Ocampo.

Por Francisco Rivera Cruz

A la buena voluntad de Dios, con descontrol de precios porque los tablajeros nos dicen a cómo quieren pagar nuestros animales, coyotaje a lo que da, sin precio de garantía y sin respaldo de ninguno de los tres niveles de gobierno, nos vamos abriendo paso diario los ganaderos, fijó Ignacio Águila Chacón, presidente de la Asociación Ganadera Local General Melchor Ocampo.

Aun así, este sector produce 8 mil toneladas de carne al año en este municipio, al disponer de 60 mil vientres, que significan 60 mil crías cada anualidad, de las que mínimo se colocan 40 mil en el mercado, con peso promedio de 200 kilos.

Águila Chacón, dijo que “para nuestros males” la situación que pasan los ganaderos, no es privativa de ellos, en general, el sector primario o agropecuario, es uno de los más desprotegidos.

Estamos castigados todos los que producimos alimentos, ya que los apoyos que había fueron retirados por el gobierno federal –de la 4T–, no hay sementales, mejoramiento genético, para cercados, corrales, maquinaria y equipo, apoyos que si bien eran mínimos y no resolvían, era de gran auxilio.

Programa Ganadero (Progan), por ejemplo, era incentivo a productores y por vientre liberaba 700 pesos, los cuales servían para comprar productos para limpiar potreros, reforzar cercados, una ayuda que veían con buenos ojos los productores, explicó.

“En este momento estamos a la voluntad de Dios y lo que podamos hacer los ganaderos, porque para empezar enfrentamos descontrol de precios; los fijan los tablajeros y no solo a nuestros animales sino en venta de carne al público”.

Mientras ellos se portan así porque sienten respaldo de las autoridades, nosotros estamos castigados porque los insumos se han disparado, hasta en un 200%, lo cual, naturalmente, pega en costos de producción, expuso.

Al señalarle que el pasado 12 de julio, el gobierno estatal anunció una cruzada que promovería la producción de alimentos y sustentabilidad del campo, sonrió forzadamente y anotó que se necesita establecer políticas que hagan atención a la situación agropecuaria, “mientras no exista un precio de garantía prácticamente estás a lo que el coyotaje diga”.

Un precio de garantía, dijo, rescata lo que cuesta producir, recuperar inversión, y de ahí en adelante debería darse paso a la oferta y demanda. “Una hectárea de cualquier producto, mango, papaya, plátano produce menos en nuestro campo porque el productor le entra miedo a invertirle al estar en riesgo solo recuperar lo gastado”.

Para ilustrar el abandono que encaran, narró que en febrero de este año que asumió la representación de mil 300 de los mil 600 ganaderos de este municipio, –los otros 300 están en otra asociación– intentaron audiencia con el gobierno municipal, y a la fecha no los han podido recibir.

“Entrando quisimos ponernos de acuerdo con la autoridad para participar en la (expo) feria de LC, y no nos recibió; en la búsqueda de puentes fuimos a ver al gobierno del Estado, y de allá nos regresamos con la promesa que nos iban a atender, y no ocurrió, ni ha ocurrido”.

Comentó que se ha tratado de platicar para ver el problema de los precios de la carne, el manejo del rastro y demás temas que competen al sector, “y no ha sido posible, por lo que prácticamente navegan con problemática acumulada de manera gremial”.

A pregunta expresa, dijo que producen ganado no solo para abastecer a la región sino gran parte del estado, a pesar de que no hay programa que incentive, así que a los 7 u 8 meses sacan su producción y se la vende a empresas que dan terminado con engorda.

No terminan el ciclo, es decir engordan, porque del becerro no pagan lo que se gastó en engorda, porque los insumos están carísimos y no hay precio de garantía, subrayó.

“El ganado a introductores –de fuera– lo pagan en rastro en 105 pesos y a locales a 75, ¿cómo competir? En un animal de 200 o 300 kilos hay una fuerte diferencia que nos pega”.

Por disposición oficial, la Secretaría de Agricultura –hoy Sader–, Presidencia Municipal y Profeco deben establecer precios en función de costos, “¿y qué pasa?, la Profeco no opera o desapareció, estamos en un coyotaje donde sobrevive el más fuerte”.

Nuestro ganado se ve. Producimos y se va en miles de becerros. Tenemos unos 60 mil vientres, 60 mil crías al año, estamos hablando de que se están colocando 40 mil animales de 200 kilos en promedio, unos 8 millones de kilos al año, suficientes para muchas partes del país, no solo la región.

Águila Chacón apuntó que durante el estiaje es muy cara pastura, así que se prefiere vender a 50 pesos kilogramo de becerro y 45 de becerra, y se genera un mercado en el que empresas trasnacionales compran, terminan de engordar y exportan los cortes finos mientras meten a la tiendas de cadena y supermercados lo de menor calidad.

La muestra de producción de la zona se observa en los centros de acopio de ganado de Caleta de Campos, Solera de Agua, Acalpican y La Mira, aunque también yendo directo al ganadero.

Cerró la amplia charla el también productor de mango y exdirigente de dicho sistema, que el abandono que sufren como productores de alimentos, está en otro ejemplo: un kilo de maíz se paga a 6 pesos y le sacan producción de 1,7 kilogramos de tortilla, que se vende en 46 pesos, a razón de 27 pesos el kilo, ¿A quién le queda la ganancia?