Adiós amigo Pancho Aburto, “Burro Vago”

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En lo que fue su restaurante, ayer fue velado el cuerpo de Francisco Aburto Salas (Pancho Burro Vago), quien por cierto tenía la imagen, en peluche, de un burro con lentes y su cubrebocas puesto, ahí en la barra donde él solía atender. (Fotos: Kike Rivera).

Por Rafael Rivera Millán

Toda vida tiene un inicio y un final, nos alegramos cuando un ser humano viene a este mundo, y gozamos de sus anécdotas y vivencias, pero cuando llega el momento de su partida, toda esa alegría, se convierte en un cúmulo de nostalgia y de dolor, por partida de un familiar o una amistad sincera como la que a lo largo de varios años supimos forjar el que esto escribe y Francisco Aburto Salas, mejor conocido como Pancho Burro Vago.

Prácticamente no había sábado en que no fuéramos junto con compañeros reporteros como Carlos Casillas, Paco Rivera, y recientemente César Cabrera y mi hijo Kike Rivera, y desde luego varios de los integrantes del grupo denominado Los Amigos Informales, como Memo López, Luis Carlos Peraza, El Chara, Bladimiro Ruiz, el notario Pepe Peña, y muchos más, al clásico sabadazo que un servidor convocaba, para platicar, tomar la copa y desde luego degustar el sushi o las laminitas que Pancho nos preparaba y ya si queríamos algo más, pues doña Petra, la esposa de Burro Vago, nos lo preparaba con gusto.

El cuerpo de Pancho fue velado ayer en las instalaciones de su restaurante (ex Cinemas Flamingos) y posteriormente a eso de las 7 de la noche fue llevado al crematorio.

Así terminó una vida llena de muchas anécdotas, muchas de ellas chuscas, como cuando lo invitaron a una cena de gala en la Armada de México, y pues tenía que ir bien vestido, ya que él acostumbraba siempre a andar en bermudas y con chanclas, y la mayor de las veces sin camisa.

Para esa ocasión tuvo que conseguir zapatos, creo que con un hermano, doña Petra lo peinó, pero ya en la cena, no aguantó y se quitó los zapatos y al despedirse de los altos mandos de los marinos acantonados en este puerto, ya traía el par de zapatos colgados en el cuello.

Así era quien también viajó por todo el mundo para practicar lo que tanto amó, el surf, y no se diga de participar en los torneos de pesca del pez vela, en Zihuatanejo, Gro., o en Puerto Escondido, Oaxaca. Descanse en paz el buen amigo Burro Vago.