Cambio de poderes

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Por Dr. Manuel Portillo Serrano

Gastroendoscopía/Gastrocirugía

Me salgo del área médica, querido lector, para incursionar en otra área, que según los canones, no se deberían tocar, ni política ni religión, pero en este caso al acercarse un cambio político, a unos pocos días, sí debemos analizar ese aspecto político.

No solo he sido testigo de los cambios, devaluaciones y problemas políticos en los cambios de gobierno, sino he sido parte de ellos, al ser testigo de casi todos ellos, y vi cómo un gobierno eliminó una de las mejores propuestas partidarias, al ejecutar a Donaldo Colosio, fui testigo de cómo se cambió un partido del poder por otro, que dio para fines prácticos lo mismo, la persistencia de la partidocracia.

Vi cómo al llegar Salinas de Gortari nos hicieron creer que éramos del primer mundo, y después darnos cuenta que seguíamos en el tercero si no es que hasta el cuarto mundo, vi cómo López Portillo lloró por defender al peso como un perro, ni lo defendió y se vino una devaluación que tardamos años en salir de ella, y los que llorábamos éramos nosotros, vi cómo Zedillo, llego y cedió a otro partido el gobierno, pero literalmente lo dejó igual, las cosas fueron iguales, con otra máscara, pero el poder y el desorden era el mismo, y ha habido más; corrupción, violencia, secuestros y asaltos, todo esto a la alza, y todos ellos presumieron un cambio.

Este cambio nunca se vio, todo lo contrario, era como lo vemos los ciudadanos de a pie o al llamado Juan Pueblo, todo era solamente “Pan con lo mismo”, era la misma gata, pero revolcada.

Se tuvo que llegar a ese hartazgo social para que súbitamente mas de 30 millones de personas votaran por un partido joven y con allegados de varios sitios políticos, y otros no tan políticos, que para fines prácticos arrasó en ambas cámaras, tanto en la de senadores como en la de diputados y no se diga también en las alcaldías y en la presidencia, fue avasalladora la respuesta del pueblo.

Nos dicen que están muy verdes, que son puros payasos de la TV o de la radio, pero pregunto, ¿que los anteriores no eran payasos? y miren cómo nos dejaron. Prometen mucho, adquieren muchas responsabilidades, tienen una conducta muy popular, no conocen bien de los temas y no creen mucho en los tecnócratas, lo que sea, si se ve a ciencia cierta; ahora sí que viene un cambio, y aquí es donde vierto mi comentario, “ojalá y sea para bien”, “ojalá y sí cumplan lo que prometieron”, todo esto con beneficio no solo para ellos que tendrán más credibilidad, sino para todos nosotros y para México, que ahora sí vea un cambio en su beneficio, no que los anteriores gobiernos, solo fueron palabras y nada de cambio.

Ya no hay partidos, la lucha electoral terminó, ya es un equipo nuevo que deberá velar por el beneficio, no de un grupo de personas como siempre había sido, sino por el bien de nuestra nación, que con miras a los cambios que se avecinan en el mundo deberán estar más preparados y listos para los cambios, los mexicanos somos muy dados a descartar, ojalá y en esta ocasión, sí sea un cambio original, adecuado y en beneficio de México, ya han sido muchos y ninguno de esos fue lo sustancialmente adecuado para todos, fue bueno para algunos.

No descartemos, demos la posibilidad de la duda y esperemos que el nuevo gobierno sí desarrolle planes reales y verdaderos, con más austeridad y menos compadrazgos y contubernios como se ha hecho  hasta ahora.

Suerte al inminente cambio de gobierno, de todo corazón les deseo que les vaya bien, ya que al salirles bien a ustedes nos va bien a todos, México ya apostó a este cambio, fue la mayoría, ojalá no se repita lo que hemos vivido por años, “pan con lo mismo”.

Gracias por leer este artículo.