En La Mira hay solo una secundaria técnica reconocida, la cual tiene terreno y aulas: EMML

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Uno de los salones de la secundaria técnica de La Mira.

Por Francisco Rivera Cruz

A raíz de que este medio publicara en edición del pasado martes que en la tenencia de La Mira existe una escuela técnica de nivel secundaria que busca terreno propio a 10 años de creada, se conoció que hay un plantel educativo autorizado y establecido, mientras que la escuela errante es producto de una división político-sindical.

El profesor Edwin Manuel Mateo Luna, subdirector de la Secundaria Técnica de La Mira, invitó vía telefónica a conocer la escuela, situada rumbo a El Bordonal, un poco delante de la cancha de futbol de la mencionada comunidad. Ya en dicha escuela, el mencionado presentó documentos que sustentan oficialidad de la institución.

Aunque presenta carencias de todo tipo, el expediente facilitado contiene gestiones y acciones para que hoy la escuela esté ocupando un terreno con superficie de 7 mil 026.97 metros cuadrados, de los que hay la gestión ante el Cabildo, la donación al gobierno para que la depositara en la Secretaría de Educación y de ahí se entregara a la escuela solicitante.

“Que hoy con facilidades de la Secretaría de Gobierno del Gobierno de Michoacán esté en una notaría, en el proceso de escrituración, nos tranquiliza, aunque a la nota (informativa) inquietara”, señala Mateo Luna, mientras sostiene que la escuela se mantiene como extensión debido a la división que se diera en 2020 cuando cinco de sus compañeros decidieron abandonar el proyecto y aventurar en uno nuevo.

Compartió que estaba en Morelia, con el subdirector Roberto Alcocer Pérez, realizando gestiones para la escuela, cuando vio la nota de sus excompañeros y no falta quién insistiera en que se declarara al respecto, sin embargo prefiere la prudencia –dijo– ante el hecho de que tienen terreno y oficialidad.

Había acudido a refrendar que la secundaria técnica de Acalpican de Morelos está de acuerdo en dar el cobijo por un periodo más, de extensión a la escuela de La Mira, dijo en un cubículo en el que hace labores de directivas, en un espacio donde cabe apenas un escritorio y dos sillas, que como el resto de materiales educativo y de algunos alimentos, no tienen mayor protección dado que el techo de lámina galvanizada tiene visibles orificios.

“Estamos preparados a que llueve más adentro que afuera”, dijo Edwin Manuel, cuando observábamos el techo. Junto están las tres aulas que sirven para atender los 32 jóvenes que cursan los distintos grados y que llegan de La Mira, El Bordonal y Acalpican.

La escuela es atendida por nueve trabajadores que hacen docencia y administración, de los que ocho son eventuales y solo el subdirector –con 15 años de servicio– tiene base, se anotaba mientras recorríamos las instalaciones, de las que poco más del 60 por ciento es vegetación, en algunos casos enormes parotas y una pochota, que incluso delimita el predio.

Se trata de una escuela que este ciclo entregará su séptima generación, la cual arrancó en 2012 en una vivienda prestada, que hasta 2015 operó como extensión de la Técnica 33 de Playa Azul, en 2017 la hicieron extensión de la Técnica 131 de Lázaro Cárdenas y lleva dos ciclos con cobijo de la Secundaria Técnica 134 de Acalpican de Morelos.

Un censo y datos de Servicios Regionales, sustentaron en 2011 y 2012 la petición de crear una secundaria técnica en La Mira, lo que solicitaban padres de familia de las colonias Campamento Minero, Azteca y Ampliación Azteca, de donde la mayoría se veían en necesidad de enviar a Buenos Aires (Técnica 106) a sus hijos, con los gastos que representaba, sobre todo de pasaje.

No es lo que los padres solicitaban pero sí lo que resultó, dijo mientras mostraba documentos que asientan que la división ocurrió por desacuerdos al querer tomar parte del terreno para un acuerdo con un particular, situación que se rechazó a quienes se quedaron, porque se apartaba del propósito de tener un espacio para instalar la escuela. Quienes no lograron su propósito se retiraron, “son aquellos que dicen andan peregrinando”, bueno, no todos, de los cinco que se fueron, todavía andan ahí dos, selló el profesor Mateo Luna.