Por Francisco Rivera Cruz
El actor y profesor en oratoria Daniel Alejandro Cano, se dice impresionado de la problemática que México vive con el agua, que por contaminación y falta de tratamiento impacta la economía pues hay que comprarla “hasta para cocer arroz”.
Eso no se ve en mi Colombia, expresa el nativo de Cali, ciudad que está cumpliendo ahora 487 años, y desde luego que le permite reflexionar y difundir la invitación a cuidar los recursos hídricos.
En charla, se dijo gustoso de compartir lo que sabe de las artes y aprender de la cultura mexicana, luego de haber sido invitado a impartir pláticas sobre el teatro, el cual dice es un valioso recurso terapéutico.
“Como actor, vengo sobre todo a difundir el teatro terapéutico, abreboca de lo que es el teatro, que sepan, los jóvenes sobre todo, que existe oportunidad en las artes para sanar, generar un interés distinto al ser y la posibilidad de acción económica”.
Explicó que le denomina teatro terapéutico porque sirve para sanar el ser o reconocerse a uno mismo, es muy importante conocerse y reconocerse, afirma.
Expone que en la Prepa ICEP, jóvenes que son muy tímidos, tras dinámicas y juegos, pudieron salir a expresarse y hasta sus profesores quedaron sorprendidos; a muchos incluso los saca de ambientes violentos.
El joven actor, que llevó ayer martes una charla a Playa Azul a invitación de Fundación El Sol, vino a México en la idea de tomar una maestría en la UNAM, pero “al fluir la inercia” terminó en la costa del Pacífico mexicano, y antes estuvo en la Isla Janitzio, donde vivió la Fiesta del Corpus Cristi.
Se dice maravillado de conocer y descubrir la cultura de México y particularmente la purépecha, y lo que llamó interesante ritual, que asemeja al teatro, sólo que con una locación estupenda: la isla de Janitzio.
Cano que ahora participa en un proyecto entre Colombia y México, se aborda la prevención del consumo de alcohol en menores y jóvenes, califica que el teatro es juego y fiesta.
“Es muy divertido, aunque no tanto cuando se ve teatro académico (cultural), porque se vuelve aburrido, creo que una manera de hacer que la gente se enamore de este arte es hacer que sea espectactor (espectador y actor), participe en la obra; no hacer la obra convencional, que separa al público del actor”.
Se debe hacer partícipe al público de lo que está sucediendo en la escena. El teatro es un juego del ser, que hace un colectivo para expresar lo que somos, sentimos o queremos contar o conocer, porque igual lleva a conocer temas.
Al hablar que le ha gustado calidez que ha encontrado, dice “hemos hecho clic, como si fuéramos paisanos, aunque somos Mexicolombia, a ustedes les gusta nuestra música y a nosotros nos encanta además de su música, su comida”.
Comenta que se lleva la reflexión a Colombia del manejo del agua. “Allá tenemos mucha agua y no la cuidamos, y aquí ya tienen problemas ambientales”. Allá no se compra en “porrones” o garrafas y aquí la compran hasta para cocer arroz. “Otros ya tienen problemas con su agua, nosotros no, cuidémosla, será mi mensaje”.
En esta visita al país, que termina esta misma semana, el instructor en expresión actoral, ha visitado Quintana Roo, “que es una belleza”; Guadalajara “que es padre”, y ahora Puerto Lázaro Cárdenas, mientras sigue aprendiendo de los acentos regionales, dice.
